Don Celes en Vitoria y una anguila de 5,5 kilos en Ullívarri

De acuerdo al Anuario de Estadística Nacional en Álava había 21.636 bicicletas en 1965, la mitad circulando por Vitoria y el resto por los pueblos. Más o menos equivalía a una por cada seis habitantes y se le daba un uso preferentemente laboral, con lo que descendía el número de pasajeros en los autobuses.

Tan hermoso ejemplar de anguila alavesa, que mereció un espacio en EL CORREO del 4 de abril de 1964, fue capturada en las aguas del embalse de Ullívarri-Gamboa, en la inmediaciones del pueblo de Nanclares de Gamboa, por dos amigos vitorianos aficionados a la pesca. Aurelio Izarra y Enrique Mora se hicieron con un ejemplar que dio en la báscula un peso de cinco kilos y medio y una longitud de 1,32 metros. Llevarla a tierra les costó lo suyo, un esfuerzo ímprobo, y de la orilla del pantano acabó en la cocina del Bar El 7, en la calle Cuchillería, donde antes de ser cocinada la retrató Arqué sostenida por un empleado de la añorada tasca del Casco Viejo. La captura y exhibición del pez dieron lugar a una reflexión crítica del colaborador del periódico 'Mitchell' en su sección 'Del anzuelo al perdigón. Noticiario de caza y pesca'. Puso en boca de «los buenos aficionados» la queja de que el pantano era «paraíso de furtivos y 'fondistas'» y la inmensidad de sus aguas y la ausencia de vigilancia facilitaban las prácticas irregulares de quienes «luego se las dan de pescadores y exhiben sus 'trofeos' por todos los sitios por donde pasan».

Con vocación de escuela para las amas de casa y familias y no tanto de feria comercial se abrió en Vitoria el I Salón del Hogar entre el 28 de julio y el 11 de agosto de 1957, el año que por sorpresa salió Celedón por primera vez ante sus paisanos en el inicio de las fiestas de La Blanca la tarde del 4 de agosto. Ocupó los 1.400 metros cuadrados del antiguo café Suizo de la calle Dato, espacio amplio y suficiente para acoger los 48 stands que mostraron a los visitantes todo lo necesario para convertir un piso en un hogar confortable en una ciudad en expansión. Una vivienda de ladrillo con todas sus estancias dispuestas, montada en el salón en solo tres días, daba un ejemplo a los vitorianos de cómo hacer habitable un lugar de 72 metros cuadrados. Se expusieron también dormitorios, comedores, despachos... y más al detalle, pucheros, cazuelas, muebles, material eléctrico, electrodomésticos, papales plásticos, alfombras, cocinas de carbón y eléctricas... La mayoría, de fabricación local.

Dos años antes de ganar el Tour de 1959, el ciclista toledano Federico Martín Bahamontes vino a Vitoria el 5 de octubre de 1957 con el fin de comprar a la empresa automovilística Imosa un microbús. El vehículo sería para uso de su peña de seguidores y de un equipo de fútbol llamado El Alcázar.

La plaza de ganado de Vitoria abandonó Zaramaga y se asentó entre Betoño y Zurbano al lado de unas charcas recuperadas con el tiempo como humedales de Salburua, un paraíso integrado en la ciudad verde. Nada de lo que hoy se disfruta en un paraje de naturaleza y ocio incomparable existía en 1975 cuando el recinto ferial circular fue tomando forma, sobre todo al levantarse la imponente cúpula de 238 metros de circunferencia que la cubría. La cubierta, obra de Carles Buxadé y Joan Margarit, alabada por su diseño y materiales y después galardonada, no pasa de ser ahora un templete, un champiñón o un paraguas en el aparcamiento del pabellón Fernando Buesa Arena después de ser retirada como techumbre de la cancha de baloncesto. El 25 de septiembre de aquel año, autoridades, técnicos y prensa visitaron las obras de aquella plaza de ganado, centro expositor, también de reunión y difusión de actividades agrícolas, diseñada por el arquitecto municipal Ángel Esteve (con casco). En la foto se le ve explicando su proyecto sobre plano a Vicente Botella (con gafas), director de la Caja Municipal; al alcalde José Casanova (tapado) y al periodista de EL CORREO Carlos Roldán.

Los más de 10.000 gallegos afincados en Vitoria dispusieron desde el 12 de septiembre de 1975 de su primer centro social en la calle Díaz de Arcaya, en el barrio de Coronación, donde hacer más llevadera su morriña. No faltaron productos de la tierra y los gaiteros en la inauguración de los locales, con José Rodríguez como presidente del colectivo.

La última semana de octubre y las dos primeras de noviembre de 1968 tuvieron al minibásquet de protagonista en la cartelera deportiva vitoriana. Por un lado, la edición alavesa de EL CORREO organizó su primer trofeo de baloncesto para escolares con la participación de siete equipos masculinos. Paralelamente, coincidiendo con el domingo 27 de octubre, se celebró también el 'Festival Inauguración' de la temporada en Álava que, montado por el Hesperia con el empeño de José Antonio Cristóbal, incluyó un partido amistoso entre niñas. Antes de su disputa escucharon misa en el convento de Las Salesas (en la imagen, algunas de las jugadoras, con compañeras de clase y amigas). Se impusieron las alumnas del colegio Nazareth, campeonas provinciales un año antes, a las de Samaniego por 22-18. El campeonato de este periódico lo ganó el San José, con pleno de victorias (6). También lo jugaron Marianistas, Gasteiz, Samaniego, Abechuco, Corazonistas y Ariznavarra.

En octubre de 1968 se puso en marcha en Vitoria una academia de danzas vascas que tomó el relevo de la primera que hubo y desapareció con los años en unos almacenes de Ayuntamiento en Los Herrán. La nueva, dirigida por José Antonio Zabalza, que compartía local con el grupo Txirinbil en El Campillo, arrancó con 130 alumnos.