1991
El 25 de julio de 2015 se celebró la última carrera de burros de Vitoria. Junto con el paseíllo y la feria de ajos, fue durante 52 años uno de los platos fuertes del 'Día del Blusa'. En 2016, el alcalde comunicó a la Comisión ... de Blusas y Neskas que no iba a autorizar el acto, ya que contravenía la normativa municipal que prohíbe la utilización de fauna en cualquier actividad «siempre que se pueda ocasionar daño, sufrimiento o tratamientos antinaturales». Desde entonces, la carrera de barricas se ha convertido en el principal acto festivo del arranque del Día de Santiago en Vitoria. Por ello, este año se disputará su V edición, por el impás de los dos años de pandemia, que arrancará a las 10.30 horas con el desfile de los equipos en la plaza de España como punto de partida y llegada. Durante más de medio siglo, desde 1963, los pollinos y los blusas trataron de cabalgar por el centro de Vitoria con distinta suerte. Algunos con actitud tozuda no movieron ni un casco del suelo, mientras que otros volaron como Bucéfalo. En la carrera de 1991, retratada sobre estas líneas, nueve jumentos se batieron en un improvisado burródromo entorpecido con neumáticos llenos de globos. La más rápida fue una burra, guiada por el jockey Enrique Ruiz, de la cuadrilla Okerrak. «Pensaba que iba a ser más difícil pero 'Cristina' se ha portado bien. Ha ido tranquila y sin pararse».
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1958
La feria de ganado de Santiago ha tenido diferentes emplazamientos a lo largo de su historia. Durante años, el escenario fue el mismo en el que cada jueves se celebraba el mercado de ganado. Desde 1895, hasta el último jueves de febrero de 1947, la Plaza del Mercado de Ganado se situó donde ahora se alza el Artium. A partir de ese día, esta particular compra venta se trasladó a Zaramaga, a la actual Plaza del Tres de Marzo. Ya desde ese año, las crónicas recogen que acudió menos gente por hallarse «más apartada» y por ser un sitio «desprovisto de árboles que hicieran sombra» en una jornada de fuerte calor. El mismo escenario de Zaramaga, retratado en la foto once años después, el 25 de julio de 1958, volvió a salir mal parado en los periódicos del día siguiente. Bajo el título 'La feria de Santiago careció de importancia', hacía una referencia de manera implícita a la decisión de llevarse la exposición y venta a un lugar más apartado. Sin embargo, no sería el último traslado, ya que en paralelo a la construcción de la plaza del ganado de Zurbano a mediados de los 70 (un edificio 'ad hoc' que no tuvo éxito como sede para animales y sí como la futura y flamante cancha del Baskonia) la feria se ubicó en el aparcamiento del exterior. En 2011 su localización pasó al Campus, donde se celebra ahora.
1978
El 30 de abril de 1978 la Liga Española de Baloncesto, antes de denominarse ACB, se disputó en el Polideportivo de Mendizorroza. Ante un Basconia Sallkon sin opciones (décimo clasificado), el Joventut se jugaba el título a una carta, ya que todavía no existían los playoffs. En la foto superior aparecen (de arriba a abajo y de izquierda a derecha): Carlos Luquero, Josean Querejeta,Francis Eugene Doyle y Kepa Segurola.Abajo:Joan Paulí,Javier Buesa, Iñaki Garaialde, Txema Kapetillo, Alberto Ortega y Roberto Uzquiano. El mal partido de los vitorianos decantó pronto el marcador para los de Badalona (20-42, en el minuto 10), que terminó con un rotundo 68-115. El mejor del Basconia fue el americano Doyle, mientras que Querejeta «falló más de lo normal», describió la crónica de EL CORREO. Aún así, fue el octavo máximo anotador de la competición y el primero nacional. Ante el poco juego en la cancha, el público organizó la fiesta por su cuenta, «olvidándose de lo que sucedía en el terreno de juego». La animación fue constante en una grada repleta y con «1.300 catalanes» que acudieron a Vitoria para apoyar a su equipo. Según la noticia del periódico, la afición local no disfrutó del encuentro, ni vio baloncesto de calidad, pero «se divirtió entre txistus y cantos, a los que se unieron los catalanes en medio de un constante ondear de senyeras y de ikurriñas. Lo mejor estuvo fuera de la cancha».
1958
El domingo 6 de julio de 1958 el obispo Francisco Peralta puso la primera piedra de la joya que es hoy la iglesia de la Coronación de Vitoria. El Obispado, consciente del crecimiento de la ciudad y sus barrios, inició así las obras en un distrito «en su mayor parte» en construcción, como se aprecia en la fotografía. Seis meses antes había realizado este simbólico acto en la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, en la zona de Bastiturri. La arquitectura singular de ambos templos es reconocida por los arquitectos actuales y la del barrio de Coronación, obra de Miguel Fisac, es para los expertos «el espacio arquitectónico más emocionante y emblemático» de toda la provincia, por encima incluso de Los Arquillos. Esta parroquia se levantó junto a la calle Eulogio Serdán «en la zona popularmente conocida por Santo Domingo en terrenos precisamente inmediatos a lo que fue iglesia y convento dominicano hasta el siglo pasado», recoge la crónica del día siguiente. En ella se dice que Vitoria debe mucho a este convento ya que «en él se fundamentó la popularísima devoción a Nuestra Señora del Rosario, tenida por Patrona de la Ciudad, y se formaron algunos ilustres hijos como el beato vitoriano Fray Tomás de Zumárraga». Su construcción obligó a embocinar el popular Chirrio, arroyo que nacía de la confluencia del Zapardiel y del Cauce de los Molinos.
1930
El lunes 10 de noviembre de 1930 el tranquilo cielo vitoriano de hace casi cien años se vio alterado por «el ruido sordo de unos motores de gran potencia» justo en el momento en que «los trabajadores salían de las fábricas y talleres» al filo del mediodía. Las crónicas del imprevisto aterrizaje narran que «el asombro fue general; a poca altura y en vuelo perfecto descubrimos una gran aeronave al cruzar por encima de la calle de Dato y la de Postas como con rumbo a Bilbao. Nos percatamos de que se trataba de un avión gigante de cuatro hélices». El inmenso «pájaro mecánico» era el G-38 alemán, el más grande del mundo, del que sólo se fabricaron dos unidades. Procedente de Lisboa con rumbo a Burdeos, París y Berlín no pudo proseguir debido a una «infranqueable barrera de niebla al llegar a la montaña de Aitzgorri y Arlabán que le hacía perder la visibilidad, y ante el temor a desorientarse o sufrir algún percance, hizo un viraje para aterrizar en el aeródromo de Lacua, que constaba en los mapas de a bordo». El comandante alemán calificó de «espléndido» el campo de aviación y lo comparó con un «salón alfombrado». Los 12 tripulantes fueron obsequiados y se hospedaron en el Hotel Frontón. Muchos vitorianos se acercaron a contemplar el aparato. Al día siguiente despegó con Ignacio y Lucio Lascaray a bordo, invitados por el comandante, rumbo a Burdeos, a donde llegaron en dos horas.
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