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Necesitan contratos de alquiler de diez meses, regresan cada año y no son exigentes con el confort –¡aceptan pisos sin ni siquiera salón!– si a cambio las habitaciones están cercanas al campus. Vitoria volverá a recibir este curso a unos 4.700 estudiantes universitarios llegados ... desde fuera del territorio, sobre todo de las provincias limítrofes. Muchos de ellos optarán por quedarse de lunes a viernes en la ciudad, y ahí empiezan los problemas. Las residencias ya han adjudicado casi todas sus plazas, apenas medio millar. La otra opción más popular es alquilar una habitación en la que dormir o mudarse a un piso completo entre varios amigos, una alternativa que, sin embargo, se está volviendo cada vez más costosa. Ya es difícil alquilar un piso de dos habitaciones por menos de 650 euros mensuales. La media, de hecho, anda por ahí. Según algunos portales inmobiliarios, sobre los 320 euros por una estancia en piso compartido.
Como cada año, encontrar una habitación asequible y cercana al campus es el reto del verano para los centenares de alumnos que, entre esos 4.700 que llegan de fuera, quieren quedarse en la capital durante los periodos lectivos. Numerosos vizcaínos y guipuzcoanos, sobre todo, ocuparán las 484 plazas ofertadas este año en las residencias vitorianas, todas ellas cercanas a la universidad y a las conexiones de transporte público. Pero la oferta no cubre ni de lejos la demanda. Quienes prefieren vivir la experiencia de compartir piso, o no tienen más remedio que hacerlo, se enfrentan a un precio medio de 320 euros. Las habitaciones oscilan entre 250 y 400 euros en función de su zona y su amplitud.
«Las inmobiliarias atendemos a estudiantes que buscan alquilar pisos completos con un contrato y todas las garantías, pero el alquiler de habitaciones se realiza a través de anuncios con carteles en el campus o por internet», señalan desde Fincas Anitua. Las calles Domingo Martínez de Aragón, Comandante Izarduy, San Antonio, la Zumaquera o el entorno de las Trianas son ubicaciones ganadoras. «Los propietarios les sacan la máxima rentabilidad con los estudiantes. En otras ocasiones, hay quien los compra por 100.000 ó 130.000 euros como inversión para destinarlos a este fin», revela Carlos Fernández de Nograro, responsable de PisosVitoria.com Si los estudiantes alquilan el piso completo pueden llegar a pagar 200 euros cada uno, y es que algunos propietarios llegan a convertir los salones de las viviendas en una habitación extra para alquilarla por separado. Si eso reduce el precio final, a los universitarios no les importa esta merma en el confort.
650 euros cuesta ya alquilar, como mínimo, una vivienda de dos habitaciones. Entre tres compañeros el precio queda por debajo de las residencias, pero no incluye la luz, el gas, el agua, internet ni la comida.
De provincias vecinas. La mayoría de los estudiantes foráneos provienen de Bizkaia, Gipuzkoa, Burgos o La Rioja.
115.000 euros suelen costar los pisos heredados que los propietarios utilizan para alquilar a estudiantes y conseguir rentabilidad.
Calles demandadas. Domingo Martínez de Aragón, Comandante Izarduy, San Antonio, la Zumaquera o las Trianas son ubicaciones ganadoras. Zaramaga interesa a los estudiantes de diseño y Txagorritxu, a los de enfermería.
Estos pisos antiguos y con un único baño son algunas de las pocas viviendas disponibles en un mercado donde el alquiler no termina de dar cobertura a las necesidades. «No hay suficientes pisos de alquiler en Vitoria, faltan muchos en comparación a otras ciudades con una mayor tradición de estudiantes y trabajadores», reconocen en las inmobiliarias. Y eso que los estudiantes son buenos pagadores: detrás de cada alumno «están unos padres dispuestos a abonar la renta mensual. Es una garantía de pago seguro para los propietarios», apuntan.
Más allá de Adurza-San Cristóbal, otros pisos demandados son los que se encuentran en Zaramaga por su cercanía a la Escuela Superior de Diseño y los de Txagorritxu, solicitados por los estudiantes de Enfermería. No obstante, los precios podrían seguir subiendo sin nuevas viviendas para alquilar a familias y estudiantes. Vitoria ya es la sexta ciudad más cara de España para compartir piso. «Es necesario tomar medidas urgentes como emplear locales comerciales de áreas nuevas de la ciudad, habitables y rodeados de zonas verdes, como viviendas de alquiler», plantea Fernández de Nograro. De esta manera, los jóvenes dispondrían de alquileres con entradas independientes en barrios como Lakua, Salburua y Zabalgana.
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