Este joven ha admitido los tocamientos sobre las dos menores. D. G.

Abusos sexuales en Euskadi

«La pena era lo de menos, lo importante es que haya reconocido que tocó a mi hija»

Un procesado sin antecedentes admite en la Audiencia de Álava sus tocamientos a dos niñas y, a cambio de indemnizarlas con 3.000 euros, esquiva la cárcel

Martes, 12 de noviembre 2024

«La pena era lo de menos. Lo importante es que haya reconocido los hechos. Mi hija siempre me pregunta: 'ama, ¿va a tener el castigo? ¿se va a reconocer lo que pasó?'. Hoy (por ayer) le voy a decir que él ha reconocido y ... que va a tener su castigo». Era el testimonio a la puerta del Palacio de Justicia de Vitoria de la madre de una de las dos menores a las que un vecino de su pueblo, una localidad del norte de Álava, las sometió a tocamientos de índole sexual.

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El varón bajo sospecha admitió este martes en la Audiencia Provincial de Álava que manoseó a las niñas, quienes contaban 8 y 12 años en el momento de los hechos, en julio de 2022. A una de ellas, cuando acudió a su casa con piscina. Con la segunda, durante otra situación cotidiana. Las menores se lo contaron a sus familias y éstas decidieron denunciar ante la Justicia. A partir de ahí, como suele ocurrir en estos delitos de ámbito sexual, eran las palabras de las víctimas contra las de su agresor.

Sentencia

«Si vuelve a delinquir o no paga la responsabilidad civil a sus víctimas, irá a prisión», le espetó el magistrado Jesús Poncela

Antes de iniciarse la vista oral, el fiscal Fidel Cadena reclamaba dos años por cada delito. Mientras que la letrada Esther Santiago, que ejercía la acusación particular de una de las afectadas, subía su petición a 3 años. Con estas posiciones de salida, los minutos previos al arranque de la vista oral resultaron frenéticos. Con continuas idas y venidas entre los abogados de las partes y el Ministerio Público en busca de un acuerdo. Hasta este incidente doble, el sospechoso carecía de antecedentes de ningún tipo.

El pacto se alcanzó tras más de media hora de parlamentos en los pasillos. Al final, este joven admitió los hechos a cambio de evitar su ingreso en prisión, una posibilidad remota ya que la ley actual sólo lo contempla con penas superiores a los dos años.

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Tres años bajo la lupa judicial

El acuerdo no le salió gratis. Deberá compensar con 2.000 euros a una menor y con otros mil a la segunda. O sea, 3.000 euros en total. Tampoco podrá volver a delinquir en el plazo de los próximos tres años. Y en el supuesto de que reincidiera, ingresaría en el centro penitenciario de Zaballa de forma inmediata.

Los magistrados Jesús Poncela, Elena Cabero y Ana Zulueta le mantendrán, además, la prohibición de comunicarse o acercarse con ambas menores hasta marzo del próximo año. Este veto estaba vigente desde que se cometieron ambos «abusos sexuales a menor de 16 años».

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A la hora de explicarle la sentencia de conformidad, el magistrado Jesús Poncela le recordó que «éste es un plazo de prueba y debe cumplir dos condiciones. No volver a delinquir, que es la más importante, y abonar el dinero para las víctimas. El incumplimiento puede dar lugar a que entre en prisión».

La madre de una de las niñas mostró a EL CORREO su satisfacción con los términos de la sentencia, que ya es firme. «Yo tenía fe y quería poner la verdad siempre por delante», se felicitó.

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