El recibo de la luz es una preocupación cada vez mayor para particulares, empresas y comunidades de vecinos. El Ayuntamiento de Vitoria quiere contribuir a que los agentes sociales se unan para crear sus propias comunidades energéticas, es decir, que colaboren para generar, producir, almacenar ... y comercializar su propia energía. Esta tarde ha celebrado una primera sesión informativa a la que acudieron más de 300 personas interesadas y ofrecerá otras veinte sesiones informativas en distintos barrios de la ciudad para compartir más detalles y resolver dudas entre el 24 de marzo y el 22 de junio.
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«Las comunidades energéticas tienen beneficios económicos, sociales y de sostenibilidad para quienes las componen. Queremos generar un modelo que sirva de ejemplo al resto de la ciudad para que se anime a participar en estas dinámicas», ha afirmado Ana Oregi, concejala de Territorio y Acción por el clima. Josu Pedruzo y Oier Etxebarria, representantes de la cooperativa Goiener, han explicado que las comunidades energéticas provienen de unas directivas europeas creadas en 2018 y 2019 y que, aunque no tienen por qué serlo, ellos abogan por crear comunidades de energías renovables.
«Esta es una posibilidad para barrios, pueblos o incluso ciudades», ha animado el segundo, quien señaló que estas comunidades deben ser una entidad jurídica y no suelen corresponderse exactamente con comunidades de vecinos. Reúnen distintas comunidades o empresas que colaboran en una actividad relacionada con la energía fotovoltaica, eólica, hidráulica o de biomasa.
Hace 3 años vecinos de Lasierra, en Ribera Alta, crearon su propia comunidad energética. En ella se incluyen también el consorcio de aguas o un alojamiento turístico y, en el último año, han reducido un 35% sus facturas. Esperan llegar al 50% tras implementar algunos ajustes. Castillo, Retana, Amárita, Urarte, Pobes, Manurga y Trespuentes son otras de las localidades alavesas que ya han dado el paso. Etxebarria compartió su propio ejemplo personal para explicar en qué consiste tener una instalación de autoconsumo, en su caso algunas placas fotovoltaicas. «El sistema te dice a qué hora estás produciendo energía y puedes aprovechar para ahorrar y poner la lavadora. Te vuelves más responsable porque eres más consciente de lo que estás consumiendo», plantea.
Desde el Ayuntamiento se espera que la tercera fase de este proyecto, en la que quienes decidan involucrarse recibirán asistencia jurídica, se ponga en marcha en otoño. El Consistorio ya está estudiando crear una comunidad energética con una instalación fotovoltaica en Ariznavarrra y, fruto del acuerdo presupuestario con Elkarrekin, hará que los centros cívicos de Hegoalde, Ariznavarra, la escuela infantil Lourdes Lejarreta, el polideportivo Aranalde y el Bizan de Ariznavarra produzcan el 33% de la energía que consumen a través de placas solares.
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