Óscar Cubillo
Sábado, 24 de junio 2017, 22:47
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Loquillo, el rocker catalán avecindado en San Sebastián, está viviendo una buena racha profesional y de popularidad certificada con su llenazo en la plaza de toros madrileña de Las Ventas, del que lanzó un disco en directo. No obstante, en los festivales españoles al aire ... libre no se suele prodigar, quizá porque la mayoría son de indie pop (paradójicamente, le han contratado para el Sonorama Ribera de 2013 y 2017). Él ha llegado a dudar sobre qué pinta en un festival, actos que no se distinguen por su elegancia.
Pese a todo, nos hizo mucha ilusión saber que actuaría en el Azkena, en una feria de las vanidades cada año más barraquera (food trucks, barras por doquier, rings de lucha libre...). Además, al dar un concierto más corto de lo habitual, la intensidad se supone que crecería, y así fue en un show de 14 canciones en 65 minutos.
Salieron los siete como en las ocasiones especiales, sabedores del honor y la responsabilidad. Loquillo eligió una americana de cuero bovino propia de la feria ganadera de Bakersfield y mascaba chicle de modo ostentoso. Abrieron con Salud y Rock and Roll como los trogloditas sabinianos de los años de vino y rosas. Siguieron con letras solemnes y guitarras hard rock, todo muy adulto, incluso en su countrybilly adaptación de El Hombre de Negro', de Johny Cash.
Algunos mods comentaban que querían discursos del Loco, pero tenía poco tiempo. Su primera comunión de himno fue con Cruzando el Paraíso, uno de sus clásicos, y los coros siguieron con el viejo El Rompeolas, con el cantante fumando chuleta, chulapo. De repente desaparece, la banda toca Carne para Linda y reaparece cantando tras el foso, cerca de sus fans, de ambos sexos.
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Estilo Johnny Hallyday
A la siguiente, La Mataré, la canción con la que se hizo rico, Loquillo se cambió de chaqueta y la peña enloqueció y coreó «lolaila, oooh, ooooohhh...», y a la otra, El Ritmo del Garaje, la pieza con la que se hizo famoso, el gentío siguió coreando a voz en grito los «uh, uh, uhhh». «Miras para atrás y todos los malotes la están cantando», observó Pato. Y Loquillo chilló: «Porque tú tienes la mejor banda de rock and roll español... ¡¡¡Somos nosotros!!!».
Rock and Roll Actitud, con sus poses y coros, llegó idiosincrática y algo Johnny Hallyday, y el contraste de Quiero un Camión quedó un tanto... verbenero... populista.... countribilly... Menos mal que se recuperó con un surfero Esto no es Hawaii, que wai y mereció todos los elogios por el pandillero Feo, Fuerte y Formal, su guiño a John Wayne, cuya letra se sabía todo el mundo.
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«Locoooo, Locoooo», bramo el ARF y concedió el interpelado: «He de decir que nunca he dudado de vuestro criterio». Eso, antes de despedirse con las notas de la intergeneracional Cadillac Solitario, con sus alaridos de nenaaaaaa...
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