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laura alzola
Domingo, 18 de junio 2017, 13:40
Miles de asistentes desafían el intenso calory convierten el Araba Euskaraz en la fiestade la lengua vasca labastida. Ni una nube en el cielo y centenares de escolares y familias celebrado el euskera. La lengua vasca brilló ayer bajo un sol radiante en Labastida, la ... localidad alavesa que acogió el Araba Euskaraz por quinta vez en la historia de este evento. Curtidos por la experiencia de anteriores ocasiones, la Bastida Ikastola se atrevió a innovar en el planteamiento de la fiesta y convirtió el paraíso del vino en todo un universo. Así, por un día, la localidad alavesa cambió las cepas y las parras por los platillos volantes y los astronautas. Con el lema Wow! y un cohete como logo, los organizadores quisieron «relanzar el euskera a un universo siempre en movimiento». Para ello, la fachada de la ikastola fue convertida en un cielo cosido de estrellas y los maniquíes vestidos como exploradores espaciales que luchaban contra alienígenas sobre el tejado del edificio.
Conciertos, bertsolaritza, hinchables o payasos fueron algunas de las actividades de las que pudieron disfrutar quienes se acercaron a las inmediaciones de la ikastola. Prácticamente la totalidad de los asistentes vestía pantalones cortos, camisetas sin mangas y viseras. Hubo quien incluso se vio obligado a echar mano de un paraguas para cobijarse de los rayos. El olor a protector solar se mezclaba con el de los talos. Y es que, después de que el calor sorprendiera desde primerísima hora de la mañana, el sol abrasó de tal manera el asfalto de las inmediaciones del recinto que la temperatura alcanzó unos inusuales 34 grados centígrados a las dos de la tarde.
Los conciertos del mediodía se bailaron desde el cobijo de los árboles y la espera para situar la cabeza bajo el caño de la fuente era considerable a media tarde. Así, junto a las carreras de barricas, hacían las delicias de los jóvenes las pruebas de la yincana Erronka que permitían calarse con la manguera o sumergir los pies en el agua de una piscina de plástico. A primera hora de la tarde tuvieron que luchar para no derretirse hasta los más estoicos defensores del verano y la sombra comenzó a cotizar muy alto.
Tres galaxias
Por suerte las carpas y los árboles permitieron el disfrute hasta el atardecer. Todas las actividades programadas se llevaron a cabo en tres zonas nombradas acorde a la temática espacial del evento. El descampado ubicado frente al colegio fue bautizado como Esnebide -Vía Láctea- y acogió talleres de danza y bertsolaritza, además de los conciertos de Hesian y Huntza y la discofiesta de Oihan Vega. Mientras tanto, el entorno de la avenida Marijiloz, se convirtió en el área llamado Andrómeda y sirvió de escenario a competiciones de sokatira, cumbia vasca de la mano de Radio Revolución y más música de Maider Legarreta, Eh Mertxe! y Astoratuak. Por último, una finca ubicada en el camino del Soto se transformó en la tercera y última galaxia del Áraba Euskaraz. En Prometheus, los hinchables, la verbena de Xaibor, Hiru3 y los payasos Korri eta Xalto hicieron disfrutar a los más pequeños.
Junto a Iskorta Dantza Taldea, Radio Revolución, Eh, Mertxe! y Astoratuak pusieron la nota alavesa en una edición que dedicará los fondos recaudados a lo largo de la jornada a la implementación de un nuevo marco pedagógico en Bastida Ikastola. Para llegar al objetivo hubo tirolina, rocódromo y graffiti, así como una tómbola, con la que el centro esperaba recaudar más de 7000 euros.
En la primera mitad de la jornada, la ikastola homenajeó a exalumnos del centro y llevó a cabo el paso del testigo de la organización del Araba Euskaraz del próximo curso. «De una ikastola pequeña a otra ikastola pequeña» anunciaba un verso del bertsolari que acompañó la ceremonia. Con su recital y la danza de un dantzari se escenificó el traspaso de la responsabilidad. El siguiente festejo del euskera lo organizará la ikastola de La Puebla de Arganzón, una localidad de algo más de 500 habitantes situada en el condado de Treviño.
Pero antes de que el nuevo centro recogiese el guante, ayer, en el acto, fueron agasajados tres exalumnos de la primera promoción de Bastida Ikastola. Dos ingenieros informáticos, Rubén Eguíluz y Jesús García, y una ingeniera en Organización Industrial, María Ruiz. Esta última, investigadora en el departamento de Organización Industrial de Mondragon Unibertsitatea, narró cómo entró en contacto por primera vez con el euskera en la ikastola y agradeció la oportunidad que el hecho de estudiar en dicho idioma le ha brindado a la hora de desarrollar su vida laboral y personal. «Espero que sigamos ayudándonos mutuamente y trabajando juntos por el euskera», deseó Ruiz.
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