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Juan Carlos Berdonces
Viernes, 16 de junio 2017, 02:10
Hubo un periodo, al principio del siglo XXI, en el que cada uno o dos años Rioja Alavesa estrenaba una bodega «de las grandes» con la apertura de Ysios, Baigorri, Marqués de Riscal o Torres, ésta última en Labastida en 2009. Entonces llegó la gran ... crisis económica y la contención del gasto a todos los niveles. También en el sector vitivinícola. Pero ha comenzado a repuntar -en dos años se acumulan cuatro nuevas firmas con Altos de Rioja, Fos, Amaren y Torres de Oña- y este viernes, de hecho, en Samaniego ha tenido lugar la puesta de largo de la bodega Rothschild-Vega Sicilia, que estará dedicada a elaborar el vino 'Macán' que aspira a convertirse en una «leyenda».
La alianza entre la familia del banquero Benjamin de Rothschild y Pablo Álvarez, consejero delegado de la compañía vallisoletana -e hijo de David Álvarez que en 1982 compró la bodega-, comenzó a fraguarse en torno al año 2000. Un encuentro en Burdeos entre ambos empresarios, unidos por la pasión por el vino, fue el inicio de una relación que perdura y que ahora alumbra el edificio de Samaniego, de 9.000 metros cuadrados, levantado sobre una superficie de cinco hectáreas y cuya inversión asciende a los 22 millones de euros. El arquitecto madrileño Enrique Johansson fue su autor.
En la apertura oficial de la bodega, tras quince años de trabajos, han estado presentes este viernes el rey emérito Juan Carlos, la infanta Elena de Borbón, así como la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina. También han asistido el lehendakari Iñigo Urkullu y los presidentes de La Rioja y Castilla y León, José Ignacio Ceniceros y Juan Vicente Herrera, respectivamente, entre otras autoridades públicas y representantes políticos, así como invitados del mundo de las finanzas y el vino, hasta un total de 400 personas.
Junto a ellos, han estado Ariane de Rothschild, presidenta del grupo Edmond de Rothschild, y Pablo Álvarez, consejero delegado de Tempos Vega Sicilia. Todos ellos han visitado una bodega dividida en tres naves que llevan por nombre aire -dedicada a la recepción de uva-, sol -para expedición- y tierra -envejecimiento-. De ella saldrán, cuando esté a pleno rendimiento, alrededor de 350.000 botellas, siempre en función de las cosechas y la calidad de los vinos.
Las instalaciones ya están en funcionamiento. Tras la pasada vendimia ya se comenzaron a elaborar en Samaniego los vinos Macán y Macán Clásico de la bodega Rothschild-Vega Sicilia, un complejo «en el que se apuesta por la sostenibilidad en términos de reducción de consumos, de emisión de gases de efecto invernadero, de vertido de residuos y de consumo eléctrico», aseguran en la compañía vinícola.
130 hectáreas de viñedos
Durante una década, ambas familias se han dedicado a comprar 130 hectáreas de viñedos -el 90% de la uva es de variedad tempranillo- en Samaniego, Kripan, Laguardia, Elvillar, Labastida y Navaridas así como en las localidades riojanas de San Vicente de la Sonsierra y Ábalos.
El proyecto «surge de la unión de dos familias que piensan igual», reconoce Ariane de Rothschild. En 2009 -entonces salieron al mercado 90.000 botellas de la primera cosecha del Macán y el Macán Clásico-, «antes de que nos sacudiera la crisis, pocos se planteaban invertir a tan largo plazo. Pero dijimos que iba a ser un gran vino para nuestros hijos y que con el paso de las generaciones tendría la categoría de mítico. Después de las tres primeras cosechas y la excelente acogida del mercado, lo vamos a conseguir», ha asegurado la mujer del financiero Benjamin de Rothschild, con propiedades vinícolas en Burdeos y Saint-Émilion y bodegas también en Sudáfrica, Argentina y Nueva Zelanda. Y ahora también en Rioja Alavesa.
Ariane de Rothschild ha señalado que la asociación con Vega Sicilia fue algo natural para el grupo que preside y ha destacado que «crear un nuevo gran vino desde cero necesita tenacidad y dedicación» y se ha mostrado convencida de que acabará logrando niveles «excepcionales».
Por su parte, Pablo Álvarez ha recordado que todo comenzó con una cuidadosa y paciente selección de los terrenos «en un área específicamente seleccionada por su microclima particular. Buscábamos los mejores viñedos y durante los últimos 13 años, adquirimos 130 hectáreas mediante 70 discretas operaciones de compra con el objetivo de mantener el proyecto en secreto», ha subrayado.
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