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Ramón Zurimendi, presidente de la asociación Aztarna de Amurrio.
Aztarna, apasionados del conocimiento
ALAVÉS DE ABRIL

Aztarna, apasionados del conocimiento

Ramón Zurimendi recibe el premio ‘Alavés del mes’ como presidente de la asociación que vela por la memoria cultural de Amurrio y Ayala

MARTA PECIÑA

Sábado, 6 de mayo 2017, 02:04

La asociación Aztarna de Amurrio se ocupa de preservar, continuar y ampliar la labor de Félix Murga, sacerdote que volcó su tiempo como etnógrafo y arqueólogo de Amurrio y Ayala. Aquel investigador y divulgador recorría los caseríos en su Dyane 6 para recoger piezas olvidadas de los trasteros y conocer a través de su relato mudo las costumbres y el modo de vida de sus vecinos. Hoy, el colectivo que gestiona su legado guarda en el edificio del Refor miles de piezas, en un esfuerzo por preservar el patrimonio cultural y la memoria de toda una zona y de toda una vida. EL CORREO quiere reconocer este trabajo, por lo que entregará al presidente de la asociación, Ramón Zurimendi, el premio Alavés de abril.

«Este año queremos arreglar el último piso para dedicarlo a los oficios», explica Zurimendi, que reconoce la dificultad de abrir el museo al público con un horario fijo porque los recursos económicos escasean. Todas las piezas son donadas, lo mismo que las más de 4.000 fotografías que atesora la asociación. «La más antigua data de 1905».

Gracias a Aztarna, la memoria gráfica de Amurrio está digitalizada y a disposición de los vecinos, que cada año pueden disfrutar durante las fiestas de una exposición de imágenes en blanco y negro de gran formato que les recuerda quiénes fueron, dónde vivieron y los principales acontecimientos de una época que ya empieza a olvidarse.

La memoria histórica

Aztarna cuida mucho sus fuentes de información. Por eso, el fallecimiento de personajes como Ricardo Zorrilla hace que aparezcan lagunas imposibles de llenar. «Era el hijo del panadero y de crío visitaba todas las casas y conocía a todo el mundo. Gracias a él pudimos hacer el libro Amurrio 1900-1950. Un paseo por el pueblo de nuestros abuelos a través de la fotografía». Bueno, gracias a Zorrilla y al propio Zurimendi, que junto a Conchi Aguillo, Begoña Mendieta y Daniel Landaluce pasan tardes interminables en la Casa de Cultura clasificando imágenes de todo lo que ha ocurrido en Amurrio y nombrado objetos, edificios y personas.

Aztarna es inquietud y la materia que atrae a cada uno de sus miembros quince personas forman el colectivo se traduce en un proyecto. El de la memoria histórica ha alcanzado ya unas dimensiones que sobrepasan lo local y ha atraído a la UPV, que este año abordará la segunda campaña de excavaciones en el monte San Pedro para desvelar los secretos de la Guerra Civil en estas trincheras.

Luiso López es uno de los encargados de la revista Aztarna, que este año verá los números 48 y 49. Que haya dos en un ejercicio es algo excepcional que se debe atribuir a una generosa subvención. Dos décadas después del lanzamiento de la primera revista, en 1996, Aztarna se mantiene en los quioscos como casi el último ejemplo alavés de revista dedicada a la etnografía. Sus páginas acogen miles de reportajes que desvelan todos los secretos de la localidad y su entorno. Luiso López también se ha convertido en apoyo imprescindible para Javi Castro, el investigador guipuzcoano que está catalogando las canteras moleras de Gorbeia, una zona de la que el de Amurrio es un profundo conocedor.

Otro de los miembros de la asociación, Salvador Velilla, se ha reservado la sección de onomástica y toponimia y es el encargado de organizar en los años pares un congreso rompedor que atrae a autoridades en la materia para debatir acerca del origen de los nombres que terminan desvelando la historia de los parajes y sus gentes, lo que contribuye a divulgar el conocimiento, la pasión de Aztarna.

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