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Juan Carlos Berdonces
Miércoles, 12 de abril 2017, 16:39
Llegan días de descanso para la gran mayoría de ciudadanos. Las ansiadas vacaciones de Semana Santa, tras un primer trimestre del año sin puentes festivos, se cogen si cabe con mayor ilusión. Y ello se verá reflejado en el número de viajes entre este miércoles, ... víspera de este periplo vacacional, y el lunes, último día antes de la vuelta a la realidad para casi todos. La Dirección de Tráfico del Gobierno vasco estima que en estas fechas se producirá una media de 469.000 desplazamientos por las carreteras de Euskadi. En concreto, las entradas y salidas previstas a la comunidad autónoma por las vías alavesas ascienden a 164.000, que también suponen, como en el conjunto del País Vasco, un 5% más que en la Semana Santa de 2016.
La carretera N-1 a la altura de La Puebla de Arganzón, en la frontera provincial entre Álava y Burgos, y la autovía A-1 por Miranda también en el límite con el territorio foral serán las zonas de mayor afluencia de tráfico, con un total de 120.000 desplazamientos según los datos de Tráfico. Precisamente, el principal punto conflictivo que les espera a los conductores se encuentra en el acceso desde la A-1 a la AP-1 (Vitoria-Eibar), al pasar de tres carriles a uno. Tanto en la tarde de este miércoles, entre las 15.00 y las 20.00 horas, como el Jueves Santo por la mañana, entre las 8.00 y las 14.30, pueden llegar la mayores retenciones, sobre todo en sentido hacia Burgos y Madrid por la autovía.
En este caso, la Dirección de Tráfico recomienda optar por la ruta alternativa de la antigua N-1 entre La Puebla y el enlace con la AP-1 en Armiñón, «siguiendo las indicaciones de la cartelería provisional habilitada al efecto durante un tramo de seis kilómetros». Este itinerario enlaza directamente con el acceso al peaje de la AP-1 y, además, «permite poder continuar por la A-1 a los conductores que no deseen incorporarse a la autopista».
Tráfico fluido en el retorno
De cara a la "operación retorno" del lunes 17 no hay previsión de retenciones «gracias al dispositivo de señalización que organiza Tráfico en coordinación con la Ertzaintza, el Cuerpo de Miñones, la Diputación alavesa y la concesionaria de la AP-1 entre Burgos y Armiñón». Mediante la señalización provisional y la colocación de conos en el asfalto, en el horario entre las doce del mediodía y las nueve de la noche, se habilitará el dispositivo que permitirá «la incorporación del flujo de tráfico denso procedente de la AP-1 en sentido hacia Vitoria, accediendo a la A-1 sin efectuar cesión de paso y a una velocidad constante de 80 kilómetros por hora».
Con el fin de contribuir también a la mayor fluidez posible en el tráfico, la sociedad foral Vías de Álava, que gestiona el tramo alavés de la Vitoria-Eibar, duplicará «e incluso triplicará» el número de personas encargadas de cobrar el peaje desde este miércoles. Aunque la intensidad media diaria de vehículos que prevén en esta autopista será «considerablemente inferior a la de julio y agosto», hasta el punto de registrar en Semana Santa entre 800 y 900 vehículos a la hora por los 1.600 de la operación salida de verano.
La AP-68 también registrará un buen número de desplazamientos y alrededor de 44.000 entradas y salidas a Euskadi por el tramo alavés de esta autopista se realizarán por ahí.
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