Miguel Gutiérrez fue pionero a la hora de organizar un congreso en Vitoria.

El psiquiatra explorador

Miguel Gutiérrez, elegido ‘Alavés del mes’ de EL CORREO, ha sido un adelantado a su tiempo en la manera de abordar la enfermedad mental

Rosa Cancho

Sábado, 4 de marzo 2017, 01:34

A Miguel Gutiérrez Fraile (Vitoria, 1948) le tocó inaugurar el Palacio Europa, el primer centro de congresos con el que contaba Euskadi, allá por 1989, cuando aquello de las ponencias, las traducciones, las filminas, las transparencias y los mailings parecían cosa de película. Desde entonces, ... recuerda, junto a su inseparable Jesús Ezcurra, no han dejado de traerse a su terreno los últimos avances en investigación y tratamientos psiquiátricos. Se han liado la manta a la cabeza para organizar en su casa hasta una treintena de cursos o seminarios y, cada año, antes de primavera, Vitoria se convierte por unos días en la capital de la psiquiatría española. El curso de actualización que hoy concluye y que ha reunido a 400 especialistas ha cumplido ya 25 años y esa es una de las razones por las que EL CORREO ha querido distinguir a su director con el premio Alavés del mes de febrero.

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Gutiérrez, jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario Araba (HUA), catedrático y vicedecano de la Facultad de Medicina de la UPV, entre otros cargos, se siente «muy honrado» con la distinción. Pero realmente es una nimiedad para una persona que a lo largo de su excepcional carrera profesional ha recibido 22 premios de investigación, es socio de honor de una decena de asociaciones psiquiátricas, ha organizado congresos nacionales, europeos y mundiales con más de 7.000 participantes y tiene en su haber la Orden Civil de Sanidad a Título de Encomienda. «Eso me hizo mucha ilusión, porque lo largo de la historia muy pocos psiquiatras la han recibido. Ya era hora de que nos tuvieran en cuenta. Aquello lo celebró toda la comunidad internacional porque ni aquí ni en Alemania, ni en Francia ni en Italia suelen condecorarnos».

Un hombre inquieto

Dice esto entre risas, porque hace gala de un gran sentido del humor. Gutiérrez, nacido en el seno de una familia de médicos y periodistas, con afición a explorar la psique y otros mundos, ha sido siempre un hombre inquieto, adelantado a su tiempo. A él se le atribuye en parte la creación de esa potente red de salud mental pública que ha convertido a Álava en el ejemplo a seguir dentro del Estado. Tan bien lo hizo que el carismático Iñaki Azkuna, consejero de Sanidad antes que alcalde de Bilbao, le fichó para montar un servicio tan brillante como el del Santiago Apóstol en el buque insignia de la sanidad vasca: el hospital de Cruces.

El psiquiatra vitoriano echa cuenta de los grandes cambios que ha experimentado la manera de abordar la enfermedad mental en 30 años y dice que todo ha sido gracias al impulso de la gente joven que como él empezó en los 80 con ganas de darlo todo en una red sanitaria pública vasca en fase de invención. De hospitales para enfermos mentales con 2.000 camas se ha pasado a un modelo radicalmente diferente en el que el ingreso es el último recurso y que avanza hacia una atención cada vez más a la carta del paciente y de sus familias y hacia su integración social plena.

Así es un hombre que ha estudiado las neurociencias, experto en drogodependencias y una autoridad en el campo de la psiquiatría biológica. Han escuchado sus lecciones 44 promociones de médicos de Euskadi, ha tratado a un número infinito de pacientes y en sus ratos libres, fiel a su papel de socio fundador de la Africanista, incluso ha escrito un libro sobre las gestas de médicos aventureros.

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