Cristina Aransay, con el galardón entre las manos en el Servicio de Restauración de la Diputación alavesa.
ALAVESA DE DICIEMBRE

«Las obras restauradas deben estar en lugares abiertos a las visitas de la gente»

La ‘Alavesa del mes’ Cristina Aransay agradece el premio, «pero no a mi trabajo sino al de todos los restauradores del territorio»

Francisco Góngora

Sábado, 21 de enero 2017, 00:39

Cristina Aransay cree que se conoce más al Servicio de Restauración de la Diputación como referente de calidad fuera de Álava que dentro. Al cumplir el 30 aniversario, el departamento de Cultura ha diseñado campañas de divulgación.

Publicidad

¿Qué ha supuesto el premio?

Un honor ... y un reconocimiento pero no a mi trabajo sino al de todos los restauradores del territorio, a los del servicio y a las pequeñas empresas y los autónomos.

¿Cuál es el secreto de su éxito, el talento, el trabajo en equipo?

Formación, especialización, experiencia y rigor científico. Este oficio se ha profesionalizado mucho. La diversidad de materiales obliga a especializarse. Hablamos de restauración científica, una labor multidisciplinar para estudiar, conservar y restaurar cada obra con la participación de historiadores, arqueólogos, botánicos, las nuevas técnicas y las labores preventivas.

¿Cómo descubrió su vocación de restauradora?

Era una manitas y me matriculé en Bellas Artes, en Leioa, con la idea de ser profesora de dibujo. Me gustaba el grabado. Cursando tercero vi un taller de restauración. Preparaban estucos. Fue un descubrimiento. Luego saqué la plaza de Diputación en 1988. Me siento privilegiada por estudiar y trabajar en lo que me gusta.

¿Por qué hay tanto arte religioso y mucho menos civil en las restauraciones?

Tenemos un convenio con el Obispado para restaurar el patrimonio religioso. Pero es que además venimos de un arte y una cultura muy cristianos cuyas manifestaciones han quedado en las iglesias. Es una riqueza común y debería estar a la vista de todos, no solo de sus propietarios. Pero al mismo tiempo, nuestras líneas de actuación contemplan la red de museos de la Diputación, el archivo foral con una enorme cantidad de documentos, libros y fotos y la Casa de la Cultura. También hacemos intervenciones en el patrimonio de las entidades locales alavesas y de Treviño.

Publicidad

Un trabajo en Bachicabo

¿Cuál es la restauración de la que se siente más orgullosa?

De la mayor parte de las que hemos hecho. Por su complejidad y porque se hizo un buen trabajo estoy satisfecha de la restauración de los retablos y pinceladuras de la iglesia de Bachicabo. Una labor multidisciplinar.

Dígame de mayor a menor importancia las cinco intervenciones más complicadas.

Es muy difícil hacer una clasificación así. Pero habría que incluir obras tan importantes como los tres cuadros de Ribera, el descendimiento de Crayer, la Virgen Blanca, los tebeos de Mártioda. Estoy señalando las más recientes. Pero tenemos incunables, fondos antiquísimos de pueblos, las pinceladuras de las iglesias, algo muy peculiar de Álava.

Publicidad

En 2017 se cumplen 30 años de la puesta en marcha del servicio. ¿Qué aspectos han evolucionado más?

Gracias al trabajo de la anterior responsable, Rosaura García Ramos, se creó un servicio muy profesional con buenos fundamentos de respeto a las obras originales, códigos y normas internacionales y formación permanente. Cada vez son más importantes los análisis previos. Pero sin duda han sido los productos como geles o disolventes los que más han evolucionado. Son menos agresivos con las obras y con los propios trabajadores.

¿Hasta qué punto han notado los recortes por la crisis económica?

Creo que como toda la sociedad. En estos momentos se va mejorando el presupuesto y hemos añadido una línea nueva, la del patrimonio artístico de las juntas administrativas y los ayuntamientos. No obstante, hay que pensar en los mecenazgos. La Diputación no puede costear todas las restauraciones. Las empresas, los particulares deben ayudar.

Publicidad

Desconocimiento

¿Es la restauración la hermana pobre de la cultura?

No lo creo. Lo que sí es cierto es el desconocimiento que existe sobre nuestro trabajo. ¿Sabe la gente que todas las piezas expuestas en los museos, hablo de miles, han pasado previamente por nuestras manos? Trabajamos con obras de gran significación que heredamos y tenemos la obligación de conservar para las próximas generaciones. A raíz de campañas como las visitas guiadas mucha gente nos decía que se alegraba de que sus impuestos se gastasen en actividades como la nuestra.

¿Cómo está de salud el patrimonio mueble de Álava?

Prefiero hablar de patrimonio artístico o de bien cultural. Está bien, pero queda mucho por hacer, especialmente descubrir y divulgar.

¿Cree que estamos mejor que otros territorios?

Publicidad

Somos referente de todo nuestro entorno y nos llaman para pedirnos asesoramiento de muchas partes de España. Es para sentir orgullo de estas instalaciones que ocupan más de 2.000 metros cuadrados, de los laboratorios y talleres y de un gran personal.

¿Cuál es el criterio a la hora de elegir una pieza y desechar otra?

Valoramos la calidad artística, el estado de conservación y su ubicación. No se puede restaurar algo que luego permanecerá cerrado.

Pero eso puede ocasionar conflictos con los pueblos que quieren siempre que sus retablos o sus tallas vuelvan a su iglesia.

Noticia Patrocinada

Y así debe ser, pero pedimos a los pueblos que tras una inversión tan importante ellos deben colaborar para que esas piezas puedan ser visitadas. Habrá circunstancias en las que acaben en el museo, cuando no se pueda garantizar su seguridad. Pero necesitamos el compromiso de los pueblos e iglesias abiertas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad