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Olga Jiménez
Sábado, 3 de septiembre 2016, 01:31
Dicen los deportistas que la hora de la retirada se siente. Es una llamada interior que te invita a cerrar un capítulo de tu vida para iniciar otro. Ellos y ellas maduran muy rápido, viven intensamente ese corto período de profesionalismo que, no en todos los casos, ofrece la oportunidad de alcanzar la gloria. Eli Pinedo llamó a la puerta del balonmano siendo niña en su Amurrio natal. Fue después cuando el balonmano le llamó a ella, siempre al lado de su inseparable hermana Patri. Las mellizas Pinedo pronto empezaron a dar los primeros pasos conquistando a entrenadores y técnicos de equipos con solera, así como los corazones de los aficionados.
Fue en el conjunto donostiarra del Bera Bera donde Eli se sintió como en casa y desde allí donde forjó una leyenda que, desde el anuncio de su retirada, será ya eterna. Esta deportista infinita se convierte en Alavesa del mes de agosto de EL CORREO por todo ese trabajo de conquista que ha logrado dentro de una cancha y fuera de ella. A sus 201 internacionalidades, más de 400 goles con la selección, dos platas en los Europeos de 2008 y 2014, bronce en el Mundial de 2011 y bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, se le unen seis títulos de Liga con Itxako y Bera Bera, cuatro Copas de la Reina y cinco Supercopas. Cualquiera con semejante palmarés podría sentirse una especie de diosa del Olimpo. Pero ella, optó por ser terrenal. De esa cercanía y espontaneidad nació el carisma de esta guerrera. En este país donde ponerse de acuerdo en algo cuesta cerca de un año de desgobierno, la alavesa ha logrado la unanimidad sin dobleces en el halago y reconocimiento.
Entrega y compromiso
Nadie le ha regalado nada, pero ella ha sido generosa en la entrega y el compromiso. Singular en su reivindicación, ha convertido la queja en petición amable, como cuando se le ocurrió invitar a la reina Letizia a que acudiera a algún partido de balonmano femenino. Titulaba aquel post en su blog Sin Reina pero con Copa. Ha sido estandarte de la reivindicación incansable para hacer visible el deporte femenino. Visibilidad y dignidad para las mujeres en el deporte y en la sociedad. Ella ha personificado el popular refrán A Dios rogando y con el mazo dando.
La mediática, apodo que siempre aceptó de buen grado, exprimió al máximo el entramado de las redes sociales para ser una voz indispensable y de referencia del deporte alavés, vasco y español. Nadie más que ella deseó pisar el podio de Río de Janeiro, pero a veces los méritos contraídos no están acorde con los sueños y la crueldad de la derrota contra Francia en cuartos, atravesó a todos los seguidores de las guerreras el corazón. Sin embargo, se va por la puerta más grande y la cosecha más próspera. Se marcha con 35 años, tal vez con algo de más balonmano en sus piernas y brazos, pero dejando un legado de luz en un camino que continúa para las nuevas generaciones. Sabremos de sus proyectos, porque son múltiples y variados. Ahora, enfrascada en su línea de moda London717 junto con su compañera Begoña Fernández, seguirá inventando sueños. Palabra de guerrera.
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