![Álava desentierra su historia](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/pre2017/multimedia/noticias/201607/24/media/cortadas/arqueologos-3-k9DC-U201754566353XDE-575x323@El%20Correo.jpg)
![Álava desentierra su historia](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/pre2017/multimedia/noticias/201607/24/media/cortadas/arqueologos-3-k9DC-U201754566353XDE-575x323@El%20Correo.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Francisco Góngora
Domingo, 24 de julio 2016, 04:04
Hubo tiempos mejores», describe el presidente del Instituto Alavés de Arqueología, Armando Llanos, en torno al número y la situación de los yacimientos alaveses, «pero la investigación», subraya, «los resultados a partir del material encontrado, va a muy buen ritmo». La crisis económica, los recortes ... presupuestarios y la escasez de grandes obras públicas tienen la culpa de que no haya tantas excavaciones como hace una década. «Las intervenciones de urgencia con tanta construcción eran muy importantes. Sin ellas, todo se para», insiste Llanos.
No obstante, Álava no deja de hacerse preguntas sobre su historia pasada y las responde mediante objetos hallados con el pico, la pala, la azadilla, la brocha o el cepillo. El verano es la mejor estación para intervenir y este julio de 2016 ya ha dado sus primeros frutos. El hallazgo de unos 200 esqueletos, monedas y cerámica en la ermita de Santa María, en la vieja villa de Portilla, es una demostración del buen hacer de los profesionales de este gremio. En cualquier momento puede saltar la sorpresa, aunque a menudo se presupone lo que se va a hallar.
Actualmente, la Diputación foral, su departamento de Euskera, Cultura y Deportes, financia seis actuaciones, pero no son las únicas. Repasamos todas ellas.
Los muertos de Portilla
Impresiona ver un pequeño recinto con decenas de calaveras y huesos que asoman de la tierra. «Aquí habrá unos 200», certifica José Luis Solaun, profesor de la UPV y responsable de las excavaciones, que manda una tropa de tres arqueólogos, entre ellos Miguel Loza y Javier Niso, cinco desempleados de Zambrana, un estudiante y un topógrafo.
El conjunto monumental es espectacular porque tiene a su alrededor una naturaleza sin parangón. La vieja villa de Portilla fue tan importante en su momento como Vitoria o Salinas de Añana y su configuración como recinto amurallado da para una tesis sobre el aprovechamiento geológico para defender una ciudad. En vez de muro artificial tiene ¡barras calcáreas! al Norte y un macizo rocoso impenetrable al Sur, como se hizo evidente en los diferentes asedios que sufrió.
La intervención sigue un plan muy pensado. «Queremos poner en valor este conjunto monumental y meterlo entre los circuitos turísticos imprescindibles», dice el alcalde de Zambrana, Aitor Abecia, cabeza visible de un movimiento que surge de los propios vecinos que se responsabilizan de su patrimonio.
«Estos días de calor lo hemos pasado muy mal, pero este trabajo al aire libre, aunque tenga mucho pico y pala, se agradece. La alternativa es estar en casa parada. Y así llevaba cuatro años», manifiesta Yolanda González de Garibay, de 49 años. Algunos de sus compañeros, David Gómez, Óscar Martínez, Pedro María García y Álvaro Cabero, vecinos de Zambrana como ella suman más de ocho en el paro. «La intervención en la villa vieja de Portilla es una oportunidad para ellos de trabajar», subraya el alcalde de Zambrana, Aitor Abecia, que además de recuperar el enorme patrimonio del pueblo, pretende que las inversiones en el yacimiento beneficien también a los habitantes, especialmente a los más necesitados.
«Este es un proyecto con una amplia mirada social, participativa, que implica a los vecinos. Hemos hecho veredas de limpieza en toda la zona durante años, hemos abierto caminos, campos de trabajo con jóvenes de Bizkaia. Y algunos vecinos se benefician, aunque sea con trabajo para un mes. Ya nos gustaría disponer de más financiación», añade Abecia, que cuenta también con ayudas del Gobierno vasco y la Diputación.
La restauración del patrimonio como motor económico es una realidad en Álava. Se ha demostrado con creces en la catedral de Santa María y en el Valle Salado, los dos puntos de mayor interés turístico en estos momentos del territorio y donde se han volcado más las instituciones. Ahora surgen lugares como Portilla, su conjunto monumental y su entorno natural, que buscan colocarse en un puesto privilegiado de cara a los visitantes del territorio. «Algo está pasando porque viene más gente que nunca y eso que no es fácil acceder hasta aquí porque hay una ascensión de diez minutos de una empinada cuesta que hay que hacer a pie», señala Yolanda González de Garibay.
Mejor que el cemento
En torno a estos yacimientos con vocación de museos al aire libre trabajan empresas como la de Antonio Cabanillas, especializada en inyección de morteros de cal y restauración. La firma Arquires, que ha intervenido en la catedral vieja de Vitoria, se encarga de la consolidación de la muralla y los restos edificados en la villa vieja de Portilla para evitar desprendimientos. Los métodos tradicionales con cal han demostrado más eficacia en estos casos que los morteros modernos de cemento. La diferencia es el tiempo, el de cal tarda en fraguar muchísimo más.
En este caso, el interés creciente por el conjunto monumental, la ruta de los castillos y el senderismo han animado a un promotor a levantar una casa rural en Portilla. Los restaurantes de la zona, en Berantevilla y Zambrana, también se van a beneficiar.
Y, aunque como dice Armando Llanos, no es el mejor tiempo para la arqueología, todavía perviven una decena de empresas dedicadas a este sector, compuestas en algunos casos por apenas dos personas.
La casa y el suelo de la ermita que se han excavado se taparán para que en 2017, con nuevos presupuestos, se puedan musealizar. «Esperamos que todo lo hallado pueda ser entendido fácilmente por los visitantes», explica José Luis Solaun. A unos metros de la excavación, trabajadores de una empresa especializada consolidan con mortero de cal -más duradero y menos dañino con la piedra que el cemento habitual- una torre y un paño de muralla. El conjunto se expande y las visitas crecen a paso vertiginoso.
«Estamos definiendo el frente de cantera más lentamente de lo que nos gustaría. Han aparecido mazas de ofitas utilizadas por los mineros prehistóricos y centenares de fragmentos de sílex», explica el vitoriano Andoni Tarriño, geólogo del CENIEH (Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana). Aunque la mayor parte de una de las minas más interesantes de la península y de Europa de este material se encuentra en Treviño (Burgos) y es el Estado el que ha puesto dinero, una zona se introduce en el municipio de Berantevilla y la Diputación alavesa también la apoya. Sin duda es otro de los yacimientos con más labor de campo.
Nuevos hallazgos en Yermo
El famoso abierto por obras de la catedral de Santa María se ha extendido también a la arqueología. Ha sido el caso de la ermita de Santa María del Yermo en Llodio, donde un grupo de arqueólogos encabezado por Sergio Escribano, de la UPV, ejecuta este año la segunda fase de excavaciones. Ya este mes se han descubierto «dos construcciones de origen medieval en el interior del templo», explica el director. Los trabajos se complementan con visitas guiadas hasta el 2 de agosto -se pueden hacer reservas en el número de teléfono 619 753 302.
En esta misma zona hay otra intervención financiada por la institución foral. Se trata de Kastillozar, en las faldas del Kamaraka y el Ganekogorta. Un viejo fuerte de la época de las guerras carlistas es el objeto de estudio. También lo dirige Escribano.
Dentro de un proyecto más amplio sobre la metalurgia antigua y medieval del País Vasco, Xabier Alberdi y Iosu Etxazarraga intervienen en la zona de Zepamendi, muy cerca de Legutio, en la que es la tercera campaña.
Las viejas ermitas alavesas están siempre ligadas a antiguas poblaciones. Es el caso de Santa Lucía de Torrentejo, en Labastida, a orillas del Ebro. Juan Antonio Quirós está al frente de esta excavación que pretende llegar a los niveles protohistóricos y a una zona señorial.
Por tercer año consecutivo, Rafael Varón dirige los trabajos en torno a otro de esos mortuorios o despoblados existentes en Álava. Concretamente, en este caso es el de Larrara, una de las aldeas medievales que en el siglo XIII se fundió con otras para la creación de Alegría, sobre la aldea de Dulantzi. En esta ocasión se va a trabajar en el interior del recinto eclesial con el fin de verificar la extensión cronológica de su uso, puesto que se han detectado algunos síntomas de una ocupación anterior a la construcción del templo de época románica.
En Elexazar (Amurrio) Juan José Hidalgo, del grupo cultural Aunia, después de cinco campañas dedicará su esfuerzo a consolidar los muros para la visita de esta villa romana de cara a su futura visita pública.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.