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Ander Carazo
Jueves, 23 de junio 2016, 00:58
El concejal delegado de Seguridad Ciudadana, Carlos Zapatero, admite que la Policía Local necesita incorporar 40 agentes para cubrir jubilaciones, reducciones de jornada, bajas y permisos de otro tipo. Ni «una veintena» ni 36, el edil del PSE recién llegado al mando de Aguirrelanda aproxima ... esta cifra a las reclamaciones realizadas por los principales sindicatos de la Guardia urbana. Así, ya se podrán cubrir los seis turnos (dos nocturnos) que ahora sobreviven con vacantes.
Tras incorporar a estos agentes noveles, el objetivo de Zapatero es crear «nuevos grupos y equipos de trabajo» entre los que se incluyen, según ha podido saber EL CORREO, unidades contra delitos informáticos y los que afectan al padrón. Como es obvio, para esto necesitarán más incorporaciones aún. Además, como admitió en comisión, quiere reforzar el grupo de intervención en violencia familiar, dentro de la Unidad de Policía Judicial.
Unas decisiones tomadas de la mano del nuevo director de Seguridad Ciudadana, José Antonio Anguiano, quien a su pesar también se convirtió en protagonista de la sesión de control. El PP cuestionó el relevo de José María Muro como responsable técnico del Departamento y que el propio Anguiano haya tenido que abandonar la plaza de comisario que había conseguido apenas cuatro meses antes. «Vienen tiempos nuevos y yo he pensado que, sin demérito de los anteriores, el mando lo deben de llevar nuevas personas. Este tipo de relevos se llevan a cabo cuando hay cambios de gobierno», justificó Carlos Zapatero.
«Me preocupa que llevamos un año de gobierno de Gorka Urtaran y hemos tenido tres concejales de Seguridad Ciudadana (Borja Belandia, Iñaki Prusilla y Zapatero), tres comisarios (Luis Cid, Anguiano y José Antonio Vicho, que asumirá el cargo en las próximas semanas) y dos directores. Es una ciudad sin rumbo con oleadas de robos y sin estabilidad. En la partida se han dedicado a cambiar la reina por el alfil y no tienen peones», criticó el popular Alfredo Iturricha.
«De libro»
Por otra parte, Ane Aristi (EH Bildu) cuestionó la actuación de la Policía Local, la Ertzaintza y Osakidetza en la denuncia de dos jóvenes por una presunta agresión sexual en las fiestas del barrio de Arana. «Estas chicas se sintieron atentadas y atacadas», afirmó la concejala de la coalición abertzale, quien subrayó que la violencia machista es «un problema estructural de la sociedad».
El concejal de Seguridad Ciudadana trató de respaldar el trabajo realizado en la comisaría de Aguirrelanda y echó mano del Código Penal para poner en duda que este caso fuese violencia de género. Sin embargo, esto último indignó más a Aristi y calificó el caso como «una agresión sexual de libro».
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