López de Munain gestionará en Vitoria Políticas Sociales y Zapatero, Seguridad Ciudadana

En concreto, los socialistas gestionarán las áreas Políticas Sociales y Salud Pública, que recae en el propio López de Munain; Participación y centros cívicos (Isabel Martínez); Seguridad Ciudadana y Administración Municipal (Carlos Zapatero) y Educación Cultura y Deporte (Estíbaliz Canto).

Los nacionalistas conservan lógicamente la Alcaldía y la segunda tenencia de Alcaldía (Itziar Gonzalo), que además mantendrá Urbanismo y Hacienda. La sucesora en la Corporación y el Gobierno de Borja Belandia cede Medio Ambiente a Iñaki Prusilla (que también mantiene Espacio Público) y Función Pública a Jaione Agirre. Nerea Melgosa dirigirá Empleo y Desarrollo Económico Sostenible.

Los concejales del PNV también se harán cargo de algunos servicios dependientes de Alcaldía, como Euskera, Juventud y Zona Rural (Prusilla); Convivencia y diversidad (Melgosa) e Igualdad, Cooperación, Padrón y Transparencia (Agirre).

El alcalde, Gorka Urtaran, ha remarcado que el nuevo Ejecutivo es «moderno. abierto y plural» y como muestra de ello ha señalado que tiene mayoría de mujeres, cinco, por cuatro hombres. Urtaran ha refrendado que el nuevo ejcutivo representa mejor la realidad plural de Vitoria y ha garantizado que tiene como objetivo «único pensar en el bienestar de los vitorianos».

Desbloqueado

El acuerdo se ha desbloqueado un año después de las elecciones municipales, un ejercicio duro para el PNV, que ha tenido que gobernar con los cinco concejales (cuatro, y el alcalde) que le dieron las urnas, pese a que los gobiernos anteriores repartieron las responsabilidades al menos entre nueve ediles. La carga de trabajo ha sido doble, por tanto, para el equipo de Urtaran, que hace pocas semanas vio, para colmo, como su hombre fuerte, Borja Belandia, dejaba el Consistorio para regresar a su puesto de alto funcionario en la Diputación alavesa.

Esta travesía del desierto podía haberse evitado si el PNV hubiera sido leal al pacto entre nacionalistas y socialistas, que saltó por los aires en la localidad de Andoain cuando un edil del PNV decidió dar la Alcaldía a EH Bildu en lugar de cumplir lo acordado y facilitársela al PSE. Eso bloqueó el apoyo de los socialistas a la investidura de Urtaran (luego no le hizo falta por el cambio de voto de última hora de Irabazi, que pensaba abstenerse y dio su aval al PNV) y el pacto de gobierno posterior, que sin embargo sí se llevó a cabo en la Diputación alavesa como en el resto de instituciones vascas donde se precisaba. PNV y PSE gobiernan en 21 ayuntamientos vascos entre los que figuran los de Bilbao y Donostia, así como en las tres diputaciones vascas. Vitoria seguía siendo el principal vacío de ese pacto autonómico.

Pasar página

Pero está claro que el PSE ha pasado página respecto a este episodio, al parecer sin reclamar nada a cambio. Hace apenas unos días la dirigente alavesa del PSE, Cristina González, reconocía que nada ha cambiado en la localidad guipuzcoana, pero agregó que quienes entregaron la makila a Urtaran EH Bildu, Podemos e Irabazi «no le han dado un apoyo real», lo que les obligaba a dar un paso al frente. «Primamos los intereses de Vitoria», explicó.

Los líderes políticos de PNV y PSE, José Antonio Suso y Cristina González, apuntaron que el «pacto entre diferentes» viene a ratificar el compromiso de ambos partidos por un ejercicio de responsabilidad que sea en beneficio de los ciudadanos. Suso ha recordado la «herencia económica» dejada por el anterior gobierno del PP y ha rechazado que el ejecutivo de Urtaran, de 5 concejales, haya sido «débil». Ahora, ha agregado, con el apoyo del PSE, Urtaran «tiene el apoyo de 18 de 27 concejales, como nadie nunca», ha señalado, al sumar a los socialistas los votos de os grupos de izquierdas que auparon al nacionalista a la Alcaldía.