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Iosu Cueto
Jueves, 28 de abril 2016, 01:01
Vitoria disfruta de unos servicios públicos que son la envidia de muchas ciudades, pero tenerlos en perfecto estado de revista exige un considerable esfuerzo económico. Buena prueba de ello es que el Ayuntamiento invierte ya dos millones de euros al año en el mantenimiento de ... sus piscinas, repartidas entre los centros cívicos y los parques deportivos de Mendizorroza y Gamarra. El Gabinete Urtaran acaba de sacar a concurso este servicio de control y limpieza para que una empresa lo realice durante 4 años. En concreto, el contrato afectará a 18 vasos cubiertos y 8 descubiertos, sumando un total de 26 piletas municipales. El presupuesto máximo alcanza los 8.034.712 euros (IVA incluido).
La firma adjudicataria deberá prestar un servicio «las 24 horas al día, todos los días del año» que incluirá llevar a cabo las inversiones necesarias en las piscinas y suministrar los productos químicos, tal y como exige el pliego de condiciones. Habrá labores diferenciadas de mantenimiento diario, semanal, mensual, semestral y anual.
Las instalaciones objeto del contrato están repartidas por toda la ciudad y reciben cada día a miles de bañistas. Las 18 piletas cubiertas se distribuyen entre los centros cívicos Aldabe, Hegoalde, Lakua 03, Judimendi, Iparralde, Ibaiondo, Salburua, los polideportivos de Abetxuko y San Andrés y el parque de Mendizorroza. Cada uno de estos espacios municipales dispone de una pileta infantil y otra de adultos, a excepción del de Ibaiondo, el único que tiene ambas zonas conectadas -una para nadar y otra lúdica- en un gran vaso irregular.
Depósito
Además existen otras ocho piscinas descubiertas de los parques de Mendizorroza y Gamarra. A ellas se suma la piscina del parque de bomberos de Aguirrelanda, una instalación reservada a los entrenamientos de los uniformados. Este vaso es especial no sólo por su uso, sino también porque alcanza los 6 metros de profundidad. Nada que ver con los anteriores vasos de uso público, donde la medida del fondo son diferenciados en función de las instalaciones. La más profundas llegan a los 2,2 metros -Iparralde o San Andrés- y la que menos -el centro cívico de Salburua, el último en inaugurarse- se queda en 1,2.
El contrato vigente se remonta a la época de Alfonso Alonso, en concreto al 21 de julio de 2006, cuando el equipo de gobierno del PP adjudicó el mantenimiento de las piscinas durante una década a la unión temporal de empresas (UTE) formada por Giroa y Lanbide Empresa Constructora por 1,4 millones anuales (IVA incluido). El contrato empezó a contar desde el 3 de agosto de aquel año, pero después sufrió diversas modificaciones, dado que, entre otras cuestiones, el Ayuntamiento incorporó nuevas instalaciones y mejoró otras a petición de los vecinos. La última variación de precio -correspondiente al periodo comprendido entre el 3 de agosto de 2015 y el 2 de agosto de 2016- fue aprobada en octubre por el Gabinete Urtaran, que fijó la décima y última factura en 2,1 millones.
Ahora, el PNV pone en marcha una nueva licitación que deberá modificar de nuevo al alza cuando inaugure el centro cívico de Zabalgana. Iñaki Prusilla, concejal de Administración Municipal, afirma que el contrato «es un paso más en nuestra apuesta por unas instalaciones y servicios de ocio y deporte eficientes y de calidad. Es una de las licitaciones con mayor montante económico -8 millones por cuatro años- por una razón fundamental: cada ejercicio, las piscinas registran más de un millón de usos, algo que nos obliga a llevar a cabo una labor intensiva de mantenimiento que garantice la máxima seguridad y prever cualquier incidencia».
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