«A veces es mejor equivocarse que hacer caso a los demás»

¿Qué pasos hay que dar ante una decisión difícil?

Lo más importante es que no la tomemos en caliente. Si es producto de algo que ha sucedido, de un cambio emocional, hay dejar enfriar esa emoción, y una vez se enfría y vemos todas las opciones, decidirnos. No todas las decisiones las tomamos libremente, hay muchas que vienen impuestas, entonces sí es importante tener la capacidad de pararnos a pensar antes de tomarla.

Economía, sentimientos ¿Qué nos preocupa más hoy?

Cambiar de empleo o ir a otro país, entre otras. Mi libro trata de transmitir que, tomes la decisión que tomes, ambas pueden ser buenas. Se producen en un momento de tu vida, y según la que decidas tomar, vas a vivir una aventura u otra.

En su libro plantea un dilema común: relación pasional versus segura. ¿Cuál es mejor?

No voy a recomendar nada. Se trata de tomar tus propias decisiones desde la responsabilidad y no dejándote llevar por la opinión de otros. Tenemos un termómetro interno y vemos en la relación que mantenemos con otra persona si nos proporciona lo que deseamos o no, y si a pesar de que no nos lo proporciona nos compensa seguir con esa persona. Nos relacionamos con mucha gente, entre ellos nuestra pareja, y hay un intercambio de energía que algunos psicólogos denominaron amor. Yo tengo que ver si lo que recibo y lo que doy está equilibrado y si yo soy feliz con eso.

¿Es bueno hacer caso a los instintos, ese "termómetro interior"?

La primera persona con la que nos relacionamos es con nosotros mismos. Y tengo que ver si la vida que estoy llevando, las cosas que hago, es lo que me hace más feliz o no. Eso es lo que nos va a permitir decidir en el trabajo, en una relación o en un negocio. Hay que analizar si hay un equilibrio entre lo que me da y lo que necesito. La única que la voy a poder valorar soy yo. Pero las personas vamos cambiando y a lo mejor en un momento algo nos compensa y en otro no.

Los seres queridos siempre quieren aconsejar.

La familia o los amigos te van a recomendar lo que creen que es mejor para ti, pero no están viviendo tu vida. Alguien te puede decir que estudies una carrera porque es la que te puede abrir más puertas, pero tal vez a ti no te hace feliz. Ellos lo ven con el filtro del cariño y el sentido de protección, pero a veces en la vida es mejor agradecer esos consejos pero decirles "soy adulto, tengo que tomar mis propias decisiones y prefiero equivocarme por mí misma". Lo peor es elegir una vida que nos han dicho que llevemos y nos sintamos culpables por no haber sido lo suficientemente valientes para hacer lo que nos hace felices.

Para el pánico escénico

¿En qué nos puede ayudar un "coach"?

En mucho. A jóvenes con baja autoestima, para mejorar la comunicación, para aprender a hablar en público, decisiones, relaciones Todo aquel que se marque un objetivo real, alcanzable y medible en el tiempo puede trabajarlo. Cada vez está cogiendo más fuerza en España. En el mundo de la empresa es más corriente. Las personas que vienen a sesiones ven que el resultado es buenísimo. Se abarcan tantos temas y se fortalece tanto la persona que desde ahí son capaces de llevar las riendas de su vida de otra forma. Quizá la palabra "coach" está un poco deteriorada, no se sabe bien si es psicología o no. No es incompatible con un psicólogo. No podemos hacer terapia pero es una forma más de trabajar el desarrollo personal.

Sobre su trabajo en televisión, ¿cómo ve las críticas a "Sálvame"?

Hay críticas al programa, a mi persona, a los colaboradores. Esto es una opción más, el que quiere lo ve y el que no, tiene muchas opciones. Tenemos que ser conscientes, maduros y consecuentes con lo que estamos viendo, pero diré una cosa. Mucha gente se me acerca por la calle porque siguen el programa, cantidad de personas con problemas, que están pasando un bache, que están solas, enfermas, y me dicen que el programa les ayuda y les acompaña. Hay una parte de la población a la que le ayuda y le entretiene, que es para lo que está. Por suerte, hoy hay libertad de elección.