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Sergio Carracedo
Jueves, 25 de febrero 2016, 01:19
El Ayuntamiento de Vitoria ha decidido que derribará el restaurante de El Mineral o lo que queda de él, ya que desde hace años presenta un estado ruinoso y abandonado. Sin embargo, este área natural de gran valor simbólico como es la fuente de ... El Mineral ha contado a lo largo de su larga historia con un buen número de proyectos, algunos de los cuales dan nombre a la zona. Desde 1690, en que fueron reconocidas las propiedades de las aguas del manantial hasta la actualidad, se han sucedido un buen número de negocios en ese emplazamiento, con mayor o menor éxito, y buen número de derribos, desde la casa de baños hasta el desvencijado restaurante que está a punto de reducirse a escombros.
El nombre con que se conoce esta zona en la actualidad es la de El Mineral, que proviene de las aguas minerales que afloraban en ese punto y que se caracterizaban por sus beneficios para la salud. Sin embargo, antes de conocerse por ese nombre, tuvo varios nombres, alguno de ellos, de origen euskérico. Henrike Knörr y Elena Martínez de Madina recogieron que la Fuente del Mineral se llamó «Fuente Mineral de Çidorra», en 1730, «Fuente Nueba de Zidorra», en 1767, y «Fuente de Cidorra», en 1660. Según estos expertos, «hasta mediados del siglo XVIII, esta fuente se conocía como la Fuente de Zidorra, que podría traducirse como senda o sendero. Todavía un siglo después, algunas citas hablan de la Fuente Espada o la Fuente Mineral de Zidorra». Ya en 1755 comenzó a denominarse exclusivamente Fuente del Mineral, como se ha transmitido hasta la actualidad.
El nombre de mineral acompaña a esta fuente «desde el siglo XVIII, por tratarse de un manantial de aguas sulfurosas» y así se ha conocido hasta la actualidad. Además, y en cuanto a los nombres, muchos vitorianos la han denominado durante años como la fuente de los huevos podridos o simplemente comentaban que era agua de huevos podridos, por el característico olor que le daban las aguas sulfurosas.
La Casa del Mineral
Al parecer, según publicaba un medio local en 1925, y que ha recogido la Sociedad Landázuri, las aguas de esta fuente fueron reconocidas oficialmente en 1690. Sin embargo, según Vicente González de Echávarri, no fue hasta noviembre de 1819, cuando Martín Fernández de la Cuesta dio noticia en las Juntas Generales de Álava de haberse descubierto una fuente en este lugar y cuyas aguas fueron analizadas por el farmacéutico Gregorio Bañares, que «resultaron ser hidrógeno sulfuradas». En 1820, el Ayuntamiento de Vitoria hizo recoger dicho manantial en una fuente y realizó la plazuela que aún existe, a la que dio acceso «por el alto del Prado» en 1822.
La caseta de 'El Mineral' se construyó en 1866, según publicó EL CORREO, con motivo de su centenario del pequeño edificio. El Ayuntamiento dotó a la pequeña construcción de «seis bañeras para los bañistas», descritos como «de continente grave y leontina de oro cruzando el chaleco de ellos y para las féminas de luengas faldas y sombrilla». Estas aguas del Mineral tuvieron fama en las provincias de Burgos y Logroño de donde acudían numerosos enfermos; el servicio de la Casa del Mineral, próxima a la fuente prestaba servicios de hidroterapia.
Durante décadas la familia Galíndez se encargó del buen funcionamiento del lugar, para el que se realizaron hasta reglamentos de precios, limpieza y funcionamiento. Hasta 1905, el principal acceso al Mineral se realizaba por un tortuoso camino. Las facilidades dadas por la Marquesa de Villamejor y Augusto Echevarría, propietarios de la mayor parte de los terrenos colindantes, hicieron que ese año fuese acondicionado y finalmente embaldosado. Recibió el nombre de Paseo de Cervantes, el 19 de abril de 1905, coincidiendo con la apertura del III Centenario del Quijote, en vísperas del 289 aniversario de la muerte de su autor, Miguel de Cervantes. En el lugar permaneció durante más de un siglo la Casa del Mineral, transformada ya en el siglo XX en un Bar.
El Bar del Mineral
El Ayuntamiento de Vitoria sacaba periódicamente a subasta la explotación del bar, como sucedió en 1969, que por dos temporadas percibía «2.000 pesetas anuales», o en 1971 y 72, que ya fueron 25.000 pesetas anuales, como recogió este periódico.
Sin embargo, ya en julio de 1971 aparecía deficiencias y El Correo denunciaba que el lugar se hallaba «bastante abandonado». En 1974 se dotó de alumbrado público y se reparó la bomba que extraía el agua corriente y la sulfurosa, aunque con continuas averías. Muchos vitorianos recuerdan todavía la portezuela que existía en dicha fuente, que se abría para poder tomar el agua de un pequeño pozo con ayuda de un vaso, ya que no contaba con un grifo.
Un incendio, en la primavera de 1996, arrasó el casa, o el bar, y no volvió a levantarse nunca más, a pesar de que el ayuntamiento barajó en 1997 reconstruir el edificio. En 1998, el Consistorio barajó este emplazamiento para la construcción del futuro Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria, que finalmente se edificaría en la calle Francia, en el solar de la antigua estación de autobuses.
Restaurante del Mineral
Ese mismo año de 1998 el Ayuntamiento de Vitoria sacó a concurso las condiciones para crear el Restaurante del Mineral, un local que iba a ocupar 150 metros cuadrados y que dispondría de una terraza de 100. Abrirá sus puertas para el verano de 1999. Sin embargo, el concurso municipal quedó desierto y la zona siguió a la espera de revitalización y en estado lamentable.
Tras un nuevo concurso, en octubre de 2000, El Correo anunció que el restaurante de El Mineral abría sus puertas el verano de 2001, aunque varios retrasos hicieron que finalmente abriera a finales de octubre. se abrirá el próximo verano
El nuevo edificio, que tuvo un presupuesto de 150 millones de pesetas (900.000 euros), estaba compuesto por dos bloques, que albergaban un bar y un restaurante. La moderna edificación tenía una orientación y materiales pensados para ahorrar calefacción en invierno, y estaba provista de paneles solares para abastecerse de agua caliente y luz. El Ayuntamiento también reformó la fuente, mejoró el camino de acceso y cambió las farolas, entre otras actuaciones. La inauguración a bombo y platillo se enmarcó en el primer restaurante bioclimático de Vitoria.
Dos años después, en abril de 2003, cerró por falta de clientes y volvió a la actividad en mayo de 2004. En octubre de 2005 cerró sus puertas definitivamente. Desde entonces, los embargos y las deudas bloquearon cualquier intento por reflotarlo. Mientras el asunto de la titularidad y las condiciones contractuales pasó a los tribunales, el local fue saqueado y sirvió de cobijo a mendigos. Su deterioro obligó a los responsables municipales a vallarlo y, en las próximas semanas, será historia.
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