Sergio Carracedo
Viernes, 29 de enero 2016, 00:41
El centro de Vitoria dio cabida durante décadas a varios monumentos en homenaje a los caídos en el bando golpista y vencedor de la Guerra Civil española. Durante la dictadura de Franco, al menos veinte años permaneció en el centro de la capital uno de ... ellos en honor de los muertos del bando sublevado contra la legalidad republicana. La gran escultura de mármol, compuesta de una cruz y un muro decorado se levantó en los primeros años 40 en las traseras del Banco de España y ahí permaneció, en la denominada calle Marqués de Estella, hasta que en 1963, también durante el franquismo, se derruyó y fue retirado.
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En él constaban los nombres de los fallecidos del bando de Franco, bajo el lema «caídos por Dios, España y su revolución Nacional-Sindicalista». De los muertos del bando contrario, el republicano, no se decía nada. En 1963, el monumento levantado por el artista alavés Joaquín Lucarini hacia 1942 fue derruido y la calle cambió de nuevo de configuración, aunque permaneció el nombre de la vía como Marqués de Estella. Sin embargo, en octubre de 2008, con el socialista Patxi Lazcoz como alcalde de Vitoria, esta pequeña calle pasó a denominarse Estatuto de Gernika, con motivo de su 29 aniversario. Ubicada tras el edificio de Correos y del Banco de España, estaba dedicada al Marqués de Estella que no era otro que Miguel Primo de Rivera, a cuya familia concedió el marquesado el rey Alfonso XII, en 1877.
Realizado por un anarquista y republicano alavés
Curiosamente, este monumento fue levantado por el escultor de Fontecha (1905) Joaquín Lucarini Macazaga, que no era afín al régimen franquista. Hijo del escultor italiano Ángel Lucarini, heredó de su padre sus dotes artísticas y también parte de sus obras, como la construcción de la catedral nueva de Vitoria. Logró varios premios y en 1929 fue pensionado por la Diputación Foral de Álava para ampliar sus estudios en varias ciudades europeas. En los años 30 realizó varios trabajos en bronce y mármol por encargo de la Diputación y también en Madrid y San Sebastián, antes de exponer en París, Londres, Moscú, México y Buenos Aires.
De ideología republicana y anarquista, Lucarini había saludado con ilusión la llegada de la II República en 1931. El año siguiente esculpió 'Alegoría de la República', que presenta en la Exposición de Artistas Vascongados, en Bilbao. Entre 1938 y 1940, a pesar de sus orígenes anarquistas, se le encargan varias obras de tipo «heroico» propias del momento histórico, como es el caso de los monumentos a los Caídos en Logroño y el mencionado de Vitoria.
Sus trabajos continuarían en capillas, talla obras religiosas por varias ciudades del norte del país, como Burgos, Bilbao o San Sebastián. Una de sus obras, que continúa en pie es la estatua del Cid en Burgos, en cuyo concurso participó y ganó en 1953. Esta obra le dio gran fama y realizó en los años siguientes otras esculturas del mismo tema, para el ayuntamiento burgalés y otras muchas por la geografía vasca. En noviembre de 1985 se celebró en Vitoria una exposición antológica de Lucarini.
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