Ander Carazo
Sábado, 31 de octubre 2015, 02:04
Los representantes públicos del Ayuntamiento protagonizaron ayer un nuevo vodevil. Una representación que hubiese dado pie a la risa de no ser por la trascendencia del asunto, el debate de las ordenanzas fiscales y precios públicos que regirán la vida de los vitorianos en 2016. ... El más sonado sainete de la nueva legislatura pero que, por desgracia, no es una excepción en los últimos tiempos. Un error de forma de una enmienda, sumado a una decisión de la Secretaría general del pleno, el máximo órgano jurídico municipal, y la firme actitud de la presidenta de la comisión de Hacienda, Ainhoa Domaica (PP), se toparon en el camino con el interés político de cada partido por aprovecharse de la confusión y el caos.
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Todo arrancó cuando el PP se adhirió a EH Bildu, Sumando e Irabazi al votar una enmienda a la totalidad presentadas por la marca vitoriana de Podemos. ¿La razón? El grupo liderado por el exalcalde Javier Maroto quería -según confesó- castigar de forma pública al Gabinete de Gorka Urtaran por no haber intentado acercar posturas a su proyecto de bajar los impuestos y congelar las tasas, y de paso demostrar la fragilidad del PNV, que gobierna con cinco de 27 concejales. Salvo los populares y el proponente Jorge Hinojal (portavoz de Sumando), que en un principio se mostró dispuesto a continuar con el debate, el resto interpretó que esta sorprendente decisión era el punto y final de la comisión. «Esto significa en román paladino que esto está finiquitado», afirmó Carlos Zapatero, concejal del PSE. Ni siquiera el equipo de gobierno deseaba que continuase la sesión.
No obstante, la Secretaría general del pleno sostuvo que el texto era jurídicamente incorrecto, porque se refería de forma genérica a un «proyecto de ordenanzas fiscales y precios públicos para 2016» que se debía devolver a la Junta de Gobierno Local. Algo «imposible» de ejecutar, como admitió la jefa de este servicio municipal, una alta funcionaria con más de 17 años de carrera en la Casa Consistorial, en un posterior informe, porque el Gabinete Urtaran presentó ayer medio centenar de proyectos de ordenanzas, por lo que, en sus consideración, la propuesta de Sumando era una enmienda a la totalidad a cada punto. Una iniciativa similar a la que presentó la coalición abertzale y que en su caso fue rechazada.
EH Bildu, Sumando e Irabazi insistían en que el debate había finalizado y Maroto lo interpretó como un intento de echar por tierra el acuerdo que PNV, PP y PSE habían suscrito un día antes con el presidente de SEA-Empresarios Alaveses, Pascal Gómez. «Anuncio que el debate continúa en el pleno, donde no votaremos a favor de su interpretación. Por supuesto que se aprobará el acuerdo del Impuesto de Actividades Económicas (IAE), no van a irse de rositas con esta treta», lanzó el anterior regidor. Las fuerzas de izquierda se levantaron y abandonaron la sala de comisiones.
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Resultados desvirtuados
Desde ese momento, los resultados de la reunión quedaron desvirtuados. Se aprobaron la mayoría de las enmiendas presentadas por los populares, aunque cuando llegue al pleno del próximo jueves el equilibrio de fuerzas deparará un resultado distinto. Lo que seguramente saldrá adelante es la congelación de la tasa de basuras para las viviendas hasta 90 metros cuadrados, además de mantener las tarifas en las escuelas infantiles y programas vacacionales, los centros dependientes del Departamento de Asuntos Sociales y los servicios de formación profesional. Está claro que los corporativos de PNV, PP y PSE respetarán el acuerdo sobre el IAE firmado con SEA.
Mientras el debate continuaba, la sala de prensa se convirtió en un nuevo campo de batalla. Primero, los tres grupos que minutos antes habían abandonado la reunión dudaron de la «legalidad» de lo sucedido, como sugirió el edil de Irabazi Óscar Fernández. «Hemos querido votar una enmienda a la totalidad a la enmienda 0, que es genérica y no tiene ninguna trascendencia económica para los ciudadanos», alegó Manu Uriarte, del PP.
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Por su parte, Gorka Urtaran exigió a los populares que recapaciten «porque no pueden estar todo el día montando bronca. Quieren que la ciudad no avance, pero no lo van a conseguir», afirmó antes de reclamar -en un tono mucho más conciliador- a las fuerzas de izquierda que se calmen «porque tenemos muchos puntos en común para cambiar y mejorar la ciudad».
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