Icíar Ochoa de Olano
Viernes, 2 de octubre 2015, 22:46
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El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Mártioda, pionero en su día en toda España, cumple cuarenta años con la satisfacción de haber sanado y devuelto a la naturaleza en ese tiempo a unos 11.500 ejemplares que llegaron allí malheridos. Como el cernícalo ... que ingresó el año pasado sin apenas plumaje y que, ya mudado, liberó ayer el diputado general, el jeltzale Ramiro González, para conmemorar la efemérides. Lo hizo después de recordar los comienzos de la clínica de los animales, allá por 1975. Entonces, Álava alumbró un servicio inédito: un rudimentario ambulatorio de bichos salvajes que, con el tiempo, se ha acabado convirtiendo en su hospital provincial de referencia.
La creación y puesta en marcha de esas instalaciones fue el sueño hecho realidad del funcionario foral y naturalista José Ignacio Aresti, el Félix Rodríguez de la Fuente local. Por aquel entonces, a mediados de los años setenta, los Mazarredo, dueños y señores de la villa de Mártioda, la vendieron en su integridad a la Administración foral. La institución pagó cincuenta millones de las antiguas pesetas por el pueblo, incluida la imponente y ahora ruinosa Torre de los Hurtado de Mendoza, desde la que ese poderoso linaje alavés gestionó durante décadas sus señoríos.
Aresti se las apañó para que la Diputación acondicionara un antiguo establo de la villa. El inquieto naturalista comenzó de forma muy precaria con unas jaulas de madera y unos cuantos voluntarios que le ayudaron a sacar adelante a animales que les remitían heridos desde cualquier punto de la Península.
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Ahora, cuarenta años después, los cimientos del centro que sacó adelante el malogrado Aresti -murió de forma dramática en 2001 tras ser atacado por dos osos que cuidaba en el parque medioambiental de Sobrón, y que él entonces gestionaba- y un equipo integrado por una bióloga, una veterinaria y dos cuidadores tratan de forma profesional a un número creciente de aves, mamíferos, reptiles o moluscos. La sólida trayectoria de la clínica se festeja este fin de semana con dos jornadas de puertas abiertas, hoy y mañana, entre las 10.30 y las 12.30 horas. Las personas interesadas en conocer el equipamiento y visitar a algunos paciente deben reservar plaza a través del teléfono 945181843.
Veinte ingresos
En la actualidad, una veintena de animales están ingresados allí, si bien al año superan los seiscientos. Es el caso de un par de lechuzas que llegaron como unos polluelos indefensos tras haberse caído de su nido en la zona de Buruaga. O el de una garza real que los bomberos de Vitoria rescataron en el río Ebro, a su paso por Labastida, porque se había quedado enganchada a un hilo de pita y tenía un ala luxada. O una tejona de Erentxun que ingresó herida y con parálisis en su tercio trasero siendo un cachorro. Todos evolucionan bien y todos tienen el mismo destino: regresar a su entorno natural completamente recuperados y con la menor impronta humana posible.
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«La labor de este centro en la lucha por la pérdida de la biodiversidad en nuestro territorio es primordial. Y no debemos olvidar que nuestro bienestar y nuestra calidad de vida se sustentan en el capital natural», enfatizó el presidente de la Diputación. En el mismo sentido se expresó el responsable foral de Medio Ambiente y Urbanismo, José Antonio Galera, quien insistió en el apoyo firme de la institución alavesa al centro para que sea «un referente en materia de educación ambiental».
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