La Diputación adoptará "medidas urgentes" para garantizar la vendimia tras la granizada

Técnicos forales, el director de Equilibrio Territorial, Iñaki Guillerna, y el diputado de Agricultura, Eduardo Aguinaco, llevan desde la jornada de ayer en Rioja Alavesa trabajando desde el primer momento en intentar solucionar los problemas y echar una mano, ha asegurado el diputado general, y ha añadido que yo he venido para conocer in situ la situación. Estoy al tanto desde ayer de lo que está ocurriendo. He hablado con agricultores, representantes del sector y alcaldes y, desde luego, hay medidas que hay que tomar de manera inmediata, tales como la restauración de los caminos rurales, que se han visto afectados por desprendimientos debidos al agua, de cara a la ya casi inminente vendimia, ha concluido Ramiro González.

El diputado general ha podido comprobar los daños de importancia registrados en algunas parcelas de viñedo y también en las infraestructuras rurales de algunos de estos municipios, como el de Baños, que todavía hoy era un pueblo repleto de lodo. Su alcalde, Borja Monge, exdiputado foral con el PP, señalaba por la mañana que la carretera principal del pueblo tuvo que ser cortada y que se investigará por qué las instalaciones de evacuación no pudieron hacer frente a la tromba. "Habrá que ver si las acequías y los ríos están en buen estado", indicó.

Los daños en el viñedo, ha indicado la Diputación, aún no están valorados. Se trabaja en ello, aunque es complicado porque el granizo afectó a parcelas en diferentes localidades y de muy distinta forma. Es evidente que hay merma de uva y que muchos otros frutos han quedado dañados, hasta el punto de que algunos viticultores se preguntan si merece la pena acometer la vendimia en las próximas semanas, como estaría previsto. La uva todavía no ha alcanzado su grado de maduración óptimo. "Nos ha caído el granizo en el peor momento", indicó Monge.

Corrimientos de tierra

En la mayor parte de Rioja Alavesa la tormenta causó corrimientos de tierra que en varios puntos obligaron a la Ertzaintza a pedir la disminución de la velocidad de los vehículos en carreteras totalmente embarradas, aunque la peor parte se la llevaron los municipios situados en la trayectoria de una nube que entró por Cenicero y cruzó por el centro de la comarca casi hasta Leza. En apenas diez kilómetros el intenso granizo dejó casi sin hojas varias hectáreas de plantación, provocando un paisaje dantesco en el que apenas unos granos de uva conseguían colgar de unos sarmientos privados de todas sus hojas y rodeados por montañas de "piedra".

La jornada también se cerró con una fuerte tormenta en Vitoria, que si bien no dejó granizo si descargó cuantioso material eléctrico en forma de rayos que iluminaron la negra noche vitoriana acompañados del estruendo de los truenos. Algunas calles se anegaron puntualmente por la tromba y obligaron a una treintena de salidas de los bomberos, que la noche anterior habían llegado tenido que llevar a cabo un número similar de actuaciones.