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Francisco Góngora
Martes, 14 de abril 2015, 02:05
Se llamaba Celtius Severus y fue un legionario romano nacido en la ciudad de Suestatium, lo que actualmente conocemos como el pueblo de Arkaia, o sea, término municipal de Vitoria. No lo llamaremos primer vitoriano del que conocemos su nombre para no caer en un anacronismo puesto que aún faltaban casi 7 siglos para que la antigua Gasteiz fuera un núcleo poblado. En un magnífico blog (enklabe.blogspot.com.es), el arqueólogo Ismael García apunta que el primer gasteiztarra del que conocemos su nombre se llamaba Álvaro Gonzálvez de Gasteiz y aparece en el Cartulario de San Millán que data del año 1089.
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La romanización fue más profunda de lo que muchos creen. Álava era precisamente una tierra de paso obligado para las cohortes legionarias que labraron a sangre y fuego el mayor imperio de la Antigüedad. Y uno de los datos que vamos conociendo es la intervención de los lugareños de todos los rincones en aquel Ejército. Lo subraya el profesor de la UPV Juan Santos Yanguas en su artículo «El Ejército romano y los vascones», dentro del volumen de la Fundación Sancho el Sabio de la colección Besaide dedicado a Los Ejércitos.
Las primeras noticias de soldados vascos se refieren a los voluntarios vascones del Ejército cartaginés de Aníbal cuando cruzó los Pirineos y los Alpes, camino de Roma. Era el año 218 antes de Jesucristo. Pero el profesor Yanguas afina más y pone nombre a Severus en base a una inscripción votiva referente a una ofrenda ritual procedente del pueblo de Angostina «en la que se menciona a un oficial de un cuerpo auxiliar, Celtius Severus, que desempeñó el cargo de «custos armorum», un cargo perteneciente al grupo de oficiales de menor graduación de las tropas auxiliares. En este caso el que dedica la ofrenda hace constar el nombre de su ciudad: Suestatium (Arkaia).
No se sabe en qué cuerpo auxiliar prestó servicio este oficial, si se trataba de una cohorte o de un ala de caballería. Tampoco se sabe si esa unidad auxiliar fue reclutada entre los várdulos o los caristios los pueblos de la época o tiene otro origen étnico. Pero, sea como fuere, lo que se constata es la presencia de soldados que están contribuyendo a difundir los modos de vida romanos adquiridos por ellos durante sus años de servicio. Se convierten así en agentes efectivos de la romanización.
Se conoce además, cuenta Yanguas, otra inscripción, en este caso procedente de Iruña, la Veleia de los romanos, en territorio caristio, de un jinete (Licinius) de un ala de caballería (alae V, sin sobrenombre por la fractura de la inscripción) con un nombre, además, que puede estar indicando su origen étnico (Cantaber).
Sin enfrentamientos con los vascones
Santos Yanguas señala que no hay noticias en las fuentes antiguas de ningún enfrentamiento entre el ejército romano y los vascones que, a grandes rasgos, ocupaban el territorio de la actual comunidad de Navarra. Tampoco hay noticias de ningún nombre de jefe indígena, como ocurre con otras zonas del Valle del Ebro (Indíbil y Mandonio), o del Norte (Coroccota entre los cántabros), ni tampoco de grupos de guerreros organizados como los de Numancia o los lusitanos de Viriato. Casi lo mismo se podría decir de las poblaciones más al norte (autrigones y várdulos). El actual territorio alavés estaba entonces formado por estas cuatro tribus: berones, al sur, várdulos al noreste, caristios al norte y autrigones al oeste.
Además de las legiones que conocemos, las tropas romanas estaban formadas por tropas auxiliares de nativos, con menos derechos que los ciudadanos romanos, pero que también se beneficiaban de algunos como el ius connubii o derecho a contraer matrimonio legal, cuando se licenciaban después de 25 años. A partir de Claudio, pasaron a tener el mismo derecho de ciudadanía. A través de algunas inscripciones sabemos que en el año 89 antes de Cristo se concede la ciudadanía romana por méritos de guerra a soldados originarios de varias ciudades hispanas, algunos vascones entre ellos. Los generales romanos como Pompeyo utilizaron estas estrategias para buscar apoyos frente a sus enemigos.
El historiador Tácito habla de algunas unidades auxiliares vasconas que reclutó Galba contra sus enemigos, entre ellas la cohors II Vasconum civium romanorum. Hay referencias a esta unidad en Gran Bretaña, en Budapest o Mauritania. La epigrafía también habla de dos cohortes de caristios y várdulos, pueblos ligados a la geografía alavesa, lo que hace pensar que los indigenas de entonces siguieron su destino en estas fuerzas, principalmente en Britania, defendiendo el famoso Muro de Adriano.
Está acreditado que los vascones también fueron alistados en cuerpos especiales como las cohortes pretorianas y urbanas, que serían el equivalente a las fuerza policiales en el interior de Roma. Juan Santos Yanguas documenta testimonio de vascones que participaron en esas tropas procedentes, especialmente de Calagurris. Apunta, incluso, que Augusto llegó a tener una guardia personal de vascones calagurritanos.
Más información sobre Suestatium en la exposición en Bibat Museo de Arqueología hasta el verano. Muy recomendable
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