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d. gonzález
Sábado, 4 de abril 2015, 00:25
De entre los muchos campamentos que se realizarán en Álava en el mes de julio, uno llama la atención. Y no se trata de una quedada de grupos de tiempo libre con sus chavales ni de amigos con ganas de naturaleza, sino de un encuentro ... internacional de activistas contrarios a la extracción de gas mediante el "fracking". Del 13 al 19 de julio la localidad de Subijana será el escenario de la "frackanpada", que incluirá talleres, charlas, proyecciones y actividades infantiles.
La plataforma "Fracking Ez Araba" presentó esta iniciativa y la web en la que informará frackanpada.frackingez.org. Ejercieron de anfitriones dos referentes de la lucha contra la fracturación hidráulica en Estados Unidos y Reino Unido, el norteamericano Kevin Buckland y la británica Claire Fauset, que forman parte del equipo internacional que prepara este encuentro; ambos coincidieron en la importancia de que se junten tantas plataformas.
"Pretendemos debatir sobre el "fracking" compartiendo experiencias de resistencia a esta industria con grupos y personas de toda Europa y otros continentes, para conectar esta lucha con otros desafíos de nuestros tiempos", destacó Buckland, que añadió que el evento "es una acampada de protesta con carácter internacional" en la que los participantes mostrarán su rechazo a esta técnica de extracción de gas.
"Se va a hacer en Subijana por su fuerte carga simbólica, allí es donde se pretenden realizar los primeros pozos con esta técnica", recordó, apuntando que "la "frackanpada" cuenta con la complicidad de los vecinos del pueblo, que han dado permiso para utilizar sus terrenos". Así, esperan poder encontrar en Subijana "un punto de encuentro y formación donde proponer acciones para visibilizar este problema".
Prohibido en Nueva York
Buckland aprovechó la presentación para recordar que en Nueva York, de donde procede, "se ha prohibido el "fracking" gracias a la movilización ciudadana y los estudios de los riesgos para la salud". Justo al lado, en Pensilvania, han empezado a notar los efectos de los 7.700 pozos activos. "Hemos visto que nuestros vecinos ya no pueden beber el agua del grifo", denunció. Por su parte, Fauset recordó el éxito de las dos acampadas previas en Inglaterra, con "entre 400 y 1.000 participantes", y alertó de que esta técnica "contamina el aire y el agua, y cambia el clima".
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