Una protesta de alumnos y profesores hace 35 años

Toki Eder homenajea a los padres impulsores del centro

«Queremos agradecer a los que lucharon para que pudieramos educarnos y crecer en euskera»

Jokin Elizaran

Sábado, 4 de octubre 2014, 01:30

Lor sorprendente que pueda parecer, hubo un día en el que para los vitorianos era imposible acceder a una educación pública y en euskera. Lo que hoy es tan sencillo como marcar la casilla del modelo D a la hora de inscribir a los hijos, ... hace 35 años provocó uno de los conflictos educativos más impactantes de la provincia. Yde la lucha y el tesón de unos padres nació la ikastola Toki-Eder, que hoy da servicio en Lakuabizkarra.

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Los hijos de aquellas familias homenajearán mañana, en una serie de actos que comenzarán a las 11.00 horas, «a todos los que trabajaron para que pudieramos educarnos y crecer en un ambiente euskaldun. Queremos agradecerles todo lo que hicieron», revela Maribel López de Luzuriaga, antigua alumna y una de las impulsoras de la iniciativa «La idea era reconocer su esfuerzo lo antes posible, ya que lamentablemente cada vez quedan menos padres con vida», aclara. «Hemos buceado en la documentación que hay de aquella época y ha sido muy emocionante ver cómo hicieron frente a los problemas que se encontraron», añade Patricia Saratxo, otra antigua estudiante de Toki Eder.

Ambas eran niñas cuando se gestó el nacimiento del centro. «Yo, por ejemplo, tuve clase en al menos 6 edificios diferentes entre el año 78 y el 82...», recuerda López de Luzuriaga. Las aulas pasaron por el Museo de Arqueología, la calle Sancho el Sabio... Lo más duro, entonces, fue enfrentarse a «una serie de dificultades que bloqueaban la situación».

Encierros y manifestaciones

La Diputación que era la encargada de Educación antes de que el Gobierno vasco tomara las competencias en esta materia no veía necesario un centro que enseñara en euskera en la capital alavesa. «Vitoria era una zona no-vascófona, como la definían en el mapa de idioma», rememoran las exalumnas. «Hay que ponerse gafas de hace 35 años para entender el contexto político y social...», matiza Saratxo. «No hubo apoyo de la sociedad ni de otros centros, que criticaban a nuestras familias». De hecho, «para muchos vitorianos estábamos perdiendo clase mientras protestábamos, y eso era inaceptable», dicen.

Las familias protagonizaron encierros y manifestaciones. «El recuerdo que ahora tenemos de aquello fue bonito. Nos estábamos ayudando», reconoce López de Luzuriaga. «La ikastola era nuestra segunda casa»

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Toki Eder recordará mañana el día en el que el centro fue pionero en Álava. «Nuestros padres cambiaron la provincia, consiguieron que nos permitieran vivir en euskera». Ahora, los hijos de aquellas familias podrán agradecer todo aquello.

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