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Iera Agote
Martes, 27 de mayo 2014, 17:55
A granel, como un ramo de flores, en forma de tarta, preparadas para un 'candy bar', como pintxo moruno... Cada vez hay más formas de saborear las golosinas, 'los chuches', que dijo una vez el presidente del Gobierno cuando era jefe de la oposición. Estos ... dulces, que normalmente asociamos a los niños ("aunque quienes más los compran son los mayores", garantizan en algunas tiendas), son el motivo por el que cada vez más locales en la ciudad abren sus puertas decididos a endulzar la vida de los vitorianos.
Hace apenas una década, las tiendas de gominolas en Vitoria eran pocas y conocidas. ¿Quién no ha comprado patatas en Gretel? ¿O quién no ha pasado por Caracola antes de ir al cine en el centro y se ha hecho con unas palomitas y un refresco? Y seguro que todos hemos comprado chicles o pipas en esa tienda de barrio, que lo mismo te vendía una lechuga como te despachaba 50 pesetas en gominolas.
Esta oferta ya está pasada de moda, aunque es evidente que establecimientos como los antes descritos siguen vivos y a pleno rendimiento, gracias por lo general a su excelente ubicación. Pero también es una evidencia que hoy en día la oferta ha aumentado y que las chuches ya no están exclusivamente destinadas al público infantil. Vitoria, sobre todo los mayores, están descubriendo las nuevas chuchea. Algunas de las cuales llegan de Escandinavia, como los muebles de Ikea.
En Scandya (Jesus Guridi,1), saben bien cómo satisfacer tanto a los peques como a los adultos. Abrió a finales de julio en esta arteria próxima a El Corte Inglés y en su local ofrece gominolas, dulces y golosinas traídas desde Suecia. "Es la región que más gominolas consume del mundo, unos 20 kg por persona al año", admiten. Los dulces suecos son mundialmente conocidos por estar fabricados con colorantes naturales, libres de grasas' trans', y además ser aptos para para celíacos y diabéticos.
El producto estrella de esta tienda son los regalices de diferentes sabores, como el de violeta, de caramelo o el picante, este último especialmente para adultos. Pero el regaliz negro, la tiza de regaliz y los diferentes chocolates, como el chocolate con cacahuetes, las nubes de chocolate o los plátanos cubiertos de chocolate atraen a cientos de personas cada día. Su producto estrella, de hecho, es el Lakrist, el "auténtico regaliz sueco", que en ocasiones adopta singulares formas.
Además, también realizan todo tipo de preparados artesanalmente con chuches, como tartas personalizadas, tiestos, centros y ramos para bodas, comuniones y otros eventos, escudos de tu equipo favorito y las famosas 'candy bar', un buffet de golosinas y chocolates perfectos para picar en el baile de una boda mientras nos tomamos una copita.
Otra tienda que sabe de chuches, y mucho, es Pink. Hace años abrieron su primer establecimiento frente al instituto Jesús Obrero. Tras el éxito, inauguraron otro local en Sancho el Sabio, que se benefició de la peatonalización de la calle y pronto las inmediaciones de la tienda se convirtieron en el lugar de quedada de cientos de jóvenes de la ciudad, tanto los fines de semana como los días de labor al salir de clase. Por último, desde Pink apostaron por la zona centro, y abrieron su tercer local en la plaza de los Fueros, donde más chavales han hecho de la plaza su centro de encuentro.
En Pink ofrecen más de un millar de productos diferentes distribuidos en cerca de 800 cubetas y en ninguna se repite el género. Los dulces se importan de siete países diferentes y triunfan las gominolas, los regalices o los frutos secos entre el público adulto. Los precios de Pink son muy competitivos, tanto en gominolas, como en bolsitas o en bebidas. Por ejemplo, y como producto exclusivo, Pink vende zumos a 30 céntimos. Otro de los productos que triunfan son los botes con gominolas y mensajes. El bote se llena con la gominola que más guste y luego se decora con una pegatina en la que va inscrito un mensaje con dedicatoria.
Otra de las tiendas que ha abierto sus puertas hace apenas unos meses es Kandy Shop, en la Virgen Blanca. Esta tienda es el paraíso para los más peques de la casa, en especial para aquellos amantes de la cerdita más famosa de la tele, Peppa Pig, a la que estos días está dedicada casi por completo su escaparate. Aparte de las típicas gominolas, regalices o productos a granel, ofrece decenas de artículos relacionados con los dibujos de moda. Tartas de Hello Kitty, cantimploras de Cars y piñatas, pintxos morunos, carteritas, algodón de azúcar y caretas de Peppa. Pero el producto que más triunfa es el pintalabios de esta cerdita, una barra de caramelo que compran tanto niñas como niños.
Muchos son los turistas que se acercan a esta tienda y aprovechan para comprar algún regalito para los sobrinos o los nietos. Piruletas gigantes, peluches con alguna gominola, linternas con chucherías en el mango, cromos para coleccionar o pomperos triunfan entre aquellos que quieren sorprender a los txikis de la familia.
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