2.000 alaveses reciben tratamiento para superar sus adicciones

Los terapeutas detectan un aumento de los casos de adolescentes que entran en los programas de desintoxicación

Lunes, 26 de agosto 2024, 00:19

La cifra de pacientes atendidos por el Centro de Orientación y Tratamiento de Adicciones de Álava (COTA) dependiente de la Red de Salud Mental de Álava ha aumentado. Sólo en el el último año, por las instalaciones de la calle Julián de Arrese de Vitoria, ... han pasado cerca de 2.000 alaveses para ser tratados de diferentes tipos de adicciones. Aunque lo que preocupa a los terapeutas es el incremento de los casos de jóvenes de entre 14 y 16 años que necesitan someterse a una terapia intensiva de desintoxicación en el hospital de día. «Hemos notado un aumento de demanda en esta franja de edad. Antes teníamos dos o tres pacientes de media en los centros de día y ahora hay entre seis y ocho», afirma Natalia Mendiola, psiquiatra y responsable de COTA.

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La cifra

200 pacientes

han tenido que ser hospitalizados en la unidad de desintoxicación del servicio de Psiquiatría del HUA Santiago. Forman parte de los 2.000 adictos que han pasado por COTA, pero que han necesitado una ayuda añadida para dejar las drogas.

Estos jóvenes cuentan con un espacio específico y además del hospital de día, en el que pueden estar entre 6 y 18 meses máximo, también acuden a consultas externas donde reciben asistencia psicológica y terapéutica. La mayoría de estos chavales es adicto al cannabis, que sigue ocupando el tercer puesto entre las sustancias más consumidas, detrás del alcohol y las anfetaminas. Según la Encuesta de Adicciones de Euskadi 2023, hasta un 15% de los alaveses ha comenzado a fumar 'maría' antes de los 15 años. Y entre los mayores de esa edad, se calcula que un 20% consume esta droga de manera habitual.

Sin embargo, rara vez, afirma Mendiola, se ven casos en el que los adictos consumen una única sustancia. «El 70% de las personas que pasan por el centro presentan policonsumos, cuando hace unos años lo más común era el alcoholismo, que a pesar de que ahora se sigue siendo, va acompañado de otra droga», añade la psiquiatra.

En cuanto al tipo de paciente en general, Mendiola defiende que «no hay un denominador común; el perfil es muy diverso, aunque sí que es verdad que sigue habiendo más consultas de hombres que de mujeres». No porque estas no desarrollen adicciones, sino porque «tardan más en contactar, presentan más barreras de acceso de tipo estructural y personal porque hay un mayor estigma de la adicción en ellas».

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Así, el COTA atiende sobre todo a hombres de entre 45 y 65 años que presentan un «consumo perjudicial, es decir una dependencia al alcohol, por ejemplo, que compatibiliza con su actividad diaria, 'el poteador', con una importante repercusión orgánica». Pero también los hay que son pacientes jóvenes con un consumo de fin de semana en el que se dan un atracón de bebida y sustancias ilegales.

Más fentanilo

El consumo del fentanilo, un potente fármaco empleado como analgésico (alivio del dolor) y anestésico, es algo que ha trascendido a nivel mundial por la crisis sanitaria de Estados Unidos. Y aunque las probabilidades de que ocurra lo mismo en Álava son casi nulas, los especialistas detectan un ligero aumento de pacientes que terminan desarrollando una adicción a los medicamentos opioides. «Aunque representan un porcentaje muy pequeño, hace cinco años no veíamos casos de este tipo en los centros».

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Esta ligera tendencia al alza «deriva en que hace un par de años comenzaron a salir al mercado fármacos muy efectivos para tratar el dolor crónico, entre ellos medicamentos compuestos con fentanilo». Esta práctica, explica Mendiola, tenía sus riesgos, porque «al tratarse de un dolor crónico, las recetas que se ponen no se quitan y entonces estos medicamentos lo que hacen es que cada vez necesites una dosis más alta». Aunque ahora «la prescripción está más controlada» y se dirige a personas «con vidas normalizadas, pero con mucha limitación por el dolor que padecen y que repercute en su día a día y le genera sintomatología depresiva añadida».

Todo lo contrario a los pacientes dependientes a opioides ilegales como la heroína, que «tienen una vida más desestructurada y compleja con mayor problemática social y legal»,., dice la psiquiatra.

Hospitalización

Hay pacientes que requieren una ayuda añadida. En 2023, 200 adictos fueron atendidos en la unidad de desintoxicación hospitalaria del servicio de Psiquiatría del HUA Santiago Apóstol. Ana González-Pinto, responsable del servicio, explica que estas personas «quieren dejar las drogas, pero no pueden hacerlo por su cuenta». Aunque, anota, «primero tienen que haber pasado por un tratamiento motivacional en COTA, porque si no han trabajado esa parte es muy difícil que al salir del hospital dejen las drogas».

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