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Las autoescuelas alavesas vuelven a sufrir largas listas de espera para que sus alumnos puedan superar el examen de conducir después de aprobar la parte teórica o el práctico de maniobras requerido para las motocicletas. La situación, recurrente cada cierto tiempo, se ha agravado después de que en Navidad sufrieran un repunte de interesados. Así las cosas, cerca de 1.800 jóvenes han visto, por el momento, la necesidad de frenar su formación, según las cifras que maneja la Asociación de Autoescuelas de Álava. El motivo se encuentra en que no hay suficientes examinadores para agilizar la concesión de permisos.
En Álava deberían estar funcionando de manera diaria siete examinadores. «Tenemos tres y no todos trabajan al mismo tiempo», explica Pedro Dávila, presidente de la Asociación de Autoescuelas del territorio. «La plazas de gente que se jubila no se vuelven a cubrir. Tampoco es que no haya gente interesada, es que no se sacan a concurso esos puestos. Ocurre lo mismo en el resto de la administración pública», censura Dávila.
La cuestión está en que esa bolsa de 'pendientes' podría engrosarse casi a diario si no se busca una solución urgente. «A la semana pueden llegar a convocar a 35 personas para que se evalúen del examen práctico. Sólo con los tests teóricos, ya se reúnen al día a esas mismas treinta personas. No dan los números por ningún lado», explica.
A lo largo del tiempo, esta carencia se ha ido supliendo con examinadores itinerantes o interinos que ayudaban a descongestionar en el momento la situación, pero no atacaban de raíz al problema. «Unos vienen una semana y la siguiente se marchan a otra provincia. Los otros hacen el servicio mientras dure su contrato. Son parches que alivian la situación de forma temporal, pero tiene que haber un relevo de los profesionales que se jubilan», urge Dávila. No obstante, este año han vuelto a solicitar a la DGT esas plazas provisionales, ya que «las autoescuelas son las que damos la cara». «El problema no lo generamos nosotros, pero tenemos que explicarle a la gente que tiene que esperar a tener próxima la fecha de examen para poder empezar con las prácticas. Porque tampoco tiene sentido que les demos uno o dos meses de clases y, después, tengan que esperar cinco», reprende.
Con todo, este proceso resulta extrapolable al resto de provincias vascas. Sin ir más lejos, la entidad que agrupa a las autoescuelas en Gipuzkoa denunció a través de un comunicado hace dos semanas el retraso en las pruebas de más de 4.300 conductores noveles. Estos podrían enfrentarse a plazos de seis meses por las mismas causas. En su caso, han pasado de contar con doce evaluadores en septiembre a seis con el cambio de año. Ello ha provocado un «embudo» a la hora de encontrar fechas para poder pasar la prueba definitiva antes de recibir el carné.
Las estadísticas del año 2022 de la DGT (el último del que se recogen datos) revelan que este organismo expidió en esta época 5.334 permisos en Álava. De estos, el 87,6% fueron de tipo B. Es decir, se permitió que 4.676 conductores noveles se sumaran a las carreteras con un automóvil de hasta 3.500 kilos. Los exámenes realizados dejaron de media al mes unos 444 aprobados. En Gipuzkoa la cifra ascendió hasta 7.669 permisos nuevos y en Bizkaia creció a 13.257.
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