Cuatro años y medio después, el caso del pequeño que sufrió un accidente mortal en la piscina familiar de Gamarra se revisó en el Palacio de Justicia de Vitoria. El Juzgado de lo Penal número 1 había citado ayer a los tíos del pequeño, ... que contaba 4 años y murió en el hospital vizcaíno de Cruces tras 25 días de agonía.
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Iba a revisarse lo ocurrido la tarde del 23 de agosto de 2016. La víctima acudió a las instalaciones en compañía de su tía paterna y de su pareja sentimental. Algo falló porque apareció inerte en el agua. Cuando le sacaron de la piscina sufría una parada cardiorrespiratoria, lo que le provocó severos daños cerebrales al no llegarle oxígeno al cerebro.
Ninguno de los investigados llegó a pasar por el mal trago de rebobinar aquellos momentos de tensión. Hubo un pacto 'in extremis' entre las partes personadas. La tía del pequeño y su pareja aceptaron su responsabilidad por la imprudencia de dejarle solo, sin vigilancia. La investigación de la Policía Local determinó que «lo perdieron dos veces por espacio de media hora» aquella jornada veraniega.
Les cayó un año de prisión, una pena simbólica que no cumplirán al carecer de antecedentes. Sí deberán abonar una multa de 1.800 euros. La familia directa del pequeño, que denunció también al Ayuntamiento y a una subcontrata de Gamarra, sí recibirá una indemnización de la compañía de seguros de esa empresa.
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Este caso empañó el verano de 2016 en Vitoria. Aquella calurosa tarde del 23 de agosto, con temperaturas por encima de los 35 grados, la Policía Local abrió diligencias para intentar esclarecer los hechos. Fuentes internas de Aguirrelanda remarcan que «los tíos aparecieron minutos después» del rescate del pequeño. Fue un bañista domiciliado en Zarautz quien le encontró flotando y sin sentido cerca de unas escaleras que dan acceso al vaso de la piscina familiar.
Se encontraba en parada cardiorrespiratoria. Un socorrista y la enfermera del complejo municipal lograron devolverle la consciencia momentáneamente con «la técnica de reanimación cardiopulmonar». Sin embargo y, «dada la gravedad de los hechos, se realizó la petición de una ambulancia», esbozan medios internos de la Guardia urbana.
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Evacuado de urgencia a Txagorritxu, allí se decidió su traslado a Cruces, ya que cuenta con una UCI de Pediatría mejor equipada. Aguantó 25 días. El 17 de septiembre de aquel año se certificó su defunción. Tenía sólo cuatro años. El accidente fatal provocó un reguero de críticas al Departamento de Salud por «carecer de una UCI pediátrica en condiciones en Álava», encabezadas por el sindicato de enfermería Satse.
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