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«¿Que si compensa? Te puedo garantizar que sí. Te olvidas de buscar sitio en los aparcabicis y te quedas mucho más tranquila». Más de ... 1.250 vitorianos como la joven que presta testimonio mientras canda su bicicleta en el iglú de la trasera del edificio de Correos, en el centro de la capital alavesa, han encontrado en el pago de una cuota mensual el remedio contra la oleada de robos de bicis en Vitoria, que alcanza proporciones de epidemia cada verano. En los primeros cinco meses del año, 289 vitorianos han acudido a Aguirrelanda para denuncia la sustracción de su montura. En los últimos cinco años, cuatro mil personas se han visto en la misma tesitura. «No es por lo que vale, pero me gusta mucho mi 'fixie'», señala Ainara. «Seis euros no es mucho para tener la garantía de que está bien segura».
Vitoria es una ciudad que se desplaza a golpe de pedal. El registro municipal acumula nueve mil referencias, pero el dato se dispara a 150.000 vehículos si se atiende a la última encuesta de movilidad, donde buena parte de los vitorianos afirman que las dos ruedas forman parte de su día a día. Su gran problema son los robos, la inseguridad de encontrarla, y en buen estado, donde se dejó. Los iglús ofrecen una alternativa «segura y ordenada» al aparcabicis tradicional y también al pasillo de casa o al descansillo de la escalera para guardar estos vehículos también por las noches.
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El Ayuntamiento ha apostado de manera notoria por ellos. En las próximas semanas dos nuevos iglús en Arana y Ariznabarra, ubicados en las calles Galicia y Castillo de Ocio, se sumarán a la oferta actual de siete espacios. Juntos sumarán 510 plazas, y es que cada uno de estos almacenes metálicos tienen capacidad para albergar unas 50 bicicletas. El de Santa Bárbara es algo más numeroso, pero el más grande es el situado junto a la estación de Autobuses (110 plazas), donde muchos viajeros guardan su bicicleta mientras se desplazan a alguna ciudad cercana.
«Las estadísticas demuestran que el servicio marcha bien y que, a diferencia de lo que ocurre en San Sebastián, Barcelona, Pamplona o Santander, los vitorianos confían en este medio de transporte para acudir a trabajar. Su hora punta de uso se da a partir de las 6.00 o 7.00 de la mañana», celebra Sebi Puebla, responsable de la empresa alavesa Intelligent Parking. Esta compañía gestiona los nueve aparcabicis de la red municipal -Los Molinos, Estación, Olaguíbel, Correos, Men-dizorroza y Universidad- y los tres que se pondrán en marcha «en octubre»: los citados de Santa Bárbara, Arana y Ariznabarra.
Los ciclistas pueden elegir entre distintas tarifas para proteger sus bicis. La primera permite aparcar por un euro al día, y las otras dos, llamadas 'Max 3' y 'Max 6', tienen un coste mensual de 3 y 6 euros, respectivamente, pero la peculiaridad reside en que los usuarios no pueden estar más de 3 o 6 días sin mover sus bicis. Con ello se intenta que sean parkings rotatorios, no almacenes de bicis que nadie usa. El 'max 6' es ideal para quienes sólo la utilizan los fines de semana y, el 'max 3', para quien la usa casi a diario. Cada bici pasa, de media, unas 30 horas en el interior de los estacionamientos municipales. «Algunos parkings como el de Correos están al 100% durante buena parte del tiempo desde su apertura a principios de 2018», valora Puebla. Ahora, en pleno verano, el menos utilizado es el ubicado en el campus. Eso sí, durante el curso académico, el que menos uso tiene es otro, el de la calle Los Molinos de Adurza.
Más allá de los aparcabicis municipales, el creciente uso de esta forma de transporte sostenible también ha provocado la apertura de bicilonjas privadas, pensadas para aquellos a quienes resulta un engorro tener la bici en casa. Intelligent Parking cuenta con tres de estos locales repartidos en las calles Madre Vedruna -dentro de un parking de coches-, Nueva Dentro, 15 y el 'aparkaleku' de Serafín Ajuria, 9. Suponen una alternativa para las comunidades de vecinos que carecen de un cuarto de bicicletas propio o instalaciones municipales cerca. Sus tarifas varían entre los 10 y los 14 euros al mes, e incluyen espacios para el lavado y la reparación de las bicis. «Esperamos duplicar el de Serafín Ajuria pronto porque está al 100% y tiene sus doce plazas llenas. En estos dos años no hemos tenido ninguna incidencia y los usuarios valoran positivamente el servicio», celebra Puebla. Para usarlos basta con descargarse la aplicación PVerde, la misma de los iglús municipales.
289 robos de bicicletas ha habido en la capital alavesa entre enero y mayo de 2019. La cifra es similar a la del mismo periodo del año anterior.
Sistema rotatorio. Las distintas tarifas de los aparcabicis promueven que estos espacios se utilicen de forma rotatoria. Está prohibido guardar la bicicleta de forma continuada durante más de seis días.
510 plazas de aparcamiento sumarán los nueve aparcabicis. El almacén más amplio y uno de los más demandados es el situado en la estación de autobuses, donde caben hasta 110 bicicletas.
Nuevos en otoño. Los aparcabicis de Arana, Ariznabarra y Santa Bárbara entrarán en funcionamiento en las próximas semanas. El último ya está instalado pero los tres se activarán a la vez.
3 bicilonjas privadas tiene la firma Intelligent Parking en la capital alavesa.Estos locales se encuentran en un parking de la calle Ama Vedruna, Nueva Dentro 15 y Pintor Serafín Ajuria 9. Guardar la bicicleta cuesta entre 10 y 14 euros al mes.
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