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Federico Arocena, junto a sus fotografías en 2002. /José Montes
«En mi época nadie nos ponía pegas para sacarle fotos»
FEDERICO AROCENA

«En mi época nadie nos ponía pegas para sacarle fotos»

Entrevista realizada a Federico Arocena en 2002 con motivo de una la inauguración de una exposición suya y de su socio Querejazu que reunía imágenes de la vida cotidiana de Vitoria

MARTA V. RUIZ

Lunes, 16 de diciembre 2013, 17:53

Entrevista realizada en julio de 2002 a Francisco Arocena con motivo de una exposición inaugurada en Montehermoso que reunión imágenes de la vida cotidiana de Vitoria captadas por Arocena y su socio Querejazu.

Federico Arocena comenzó a recopilar retazos de la historia de Vitoria en 1938, cuando su trabajo en 'Casa Ceferino' le obligó a ponerse por primera vez detrás de una cámara. Así comenzó una carrera profesional que continuó con colaboraciones en medios de comunicación, entre ellos EL CORREO, y con la apertura en la década de los cincuenta, junto a Gregorio Querejazu, del Foto Estudio Arqué. El proyecto les permitió compaginar su quehacer periodístico con su labor de retratistas de temas familiares. Cuando se separaron, en 1975, donaron su ingente material, más de 354.000 fotogramas, al Archivo Municipal.

-¿Recuerda cuándo se puso por primera vez detrás de una cámara?

-En 1938. Las primeras fotografías de grupos las hacía con una cámara de campaña, de aquellas que había que ponerse un trapo en la cabeza.

-¿Y se imaginaba que iba a seguir el resto de su vida?

-No, pero esto es como todo. Si te gusta, nunca lo sueltas. Yo he metido muchas horas. Nos llamaban del periódico y teníamos una bicicleta o una moto e íbamos a donde nos mandaban.

-Y en 1956 fundó con Querejazu Foto Estudio Arqué, ¿cómo surgió la idea?

-Nos veíamos en el fútbol, en la pelota... Y un día, salió la posibilidad de abrir una tienda, en la calle San Prudencio. No teníamos una gorda y su cuñado le dejó el dinero. Compramos material, alquilamos el piso y, sin abrir la puerta, ya empezamos a trabajar. Teníamos la gran suerte de que yo trabajaba de cara al público y tenía contacto con los colegios. Y eso estaba bien, porque eran las obras, los fines de curso...

-¿Cómo era el trabajo de un fotógrafo en aquella ciudad de curas y militares?

-Igual. Pero antes se trabajaba más lento, distinto. Tengo muchas fotografías, por ejemplo, del seminario, una con el nuncio, que ha dado la vuelta al mundo; otras de Franco, del entonces príncipe Juan Carlos... Pero todo era normal. Nadie te ponía pegas. Teníamos todas las puertas abiertas.

Censura

-¿No existía la censura en ciertos temas?

-No, porque nunca tenía fotos de esas raras. En todo caso, en la tienda, siempre había alguna que venía y se cambiaba para retratarse con una camiseta con un poco de escote, pero pequeño. Eso tenía mucha importancia entonces.

-¿Por qué foto siente más cariño?

-Para mí todas tienen algo, sobre todo al ver la exposición. Por ejemplo, hay una de Jesús de la Hoz, que murió hace unos días, frente a los trampolines del Estadio. Era el campeón vasco-navarro de saltos de trampolín y no me acordaba de ella.

-Pero sí le gusta aquella foto en que un camión chocó con el puente de la calle Castilla.

-Sí, de los años sesenta. Venía un camión con una excavadora arriba y se empotró en el puente de la calle Castilla. Fue muy graciosa. Vino el alcalde, Luis Ibarra, y me dijo: 'Coge la máquina, que es muy urgente'. El quería hacer el desvío de la circunvalación y eso le venía como anillo al dedo. Un guardia civil no me dejaba hacer fotos y don Luis habló con él. Al final, deshincharon las ruedas y sacaron el camión.

-¿Se siente un cronista privilegiado de Vitoria?

-Sí. Me siento orgulloso, porque se muestra la Vitoria de 45.000 habitantes, cuando ibas por la calle y todo el mundo se conocía. Era muy bonito.

-¿Siente nostalgia de aquella Vitoria?

-La veía más nuestra, con menos gente, más tranquila. La juventud también era diferente, ganaba cuatro perras...Vivíamos de otra forma, pero nunca ha habido tiempos pasados mejores.

-¿Y no le gustaría haber hecho alguna foto que no pudo?

-Ni lo he pensado.

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