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El actor da vida a Juan de Salazar. /Atresmedia
Hugo Silva: «Haré de tramposo con encanto»
La historia es real

Hugo Silva: «Haré de tramposo con encanto»

Capitanea el barco de 'El corazón del Océano', la serie que Antena 3 estrena esta noche. «Durante el rodaje pisé un hormiguero y sentí como si me quemaran la piel»

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO

Lunes, 27 de enero 2014, 09:06

El matrimonio entre las novelas de éxito y Antena 3 continúa tras el final de 'El tiempo entre costuras'. Esta noche se estrena 'El corazón del Océano' (22.40 horas), basada en el libro homónimo de Elvira Méndez. La historia recrea el viaje de ochenta mujeres al Nuevo Mundo en 1550 para contraer matrimonio con los conquistadores, un hecho que sucedió en la vida real. El capitán del navío en el que viajaron se llamaba Juan de Salazar, el personaje que interpreta Hugo Silva (Madrid, 1977). «Es el típico papel que sueñas hacer cuando eres un niño». Enfermedades, insectos, conatos de naufragio... El rodaje al que se enfrentaron los actores se pareció, en ocasiones, a la aventura original. «Intentaba mantener la dignidad, pero estaba cagado de miedo».

- Se les habrá hecho larga la espera, ¿no?

- ¡Imagínate! Grabamos la serie hace dos años y estábamos como locos, deseando que la estrenaran.

- ¿Quién es Juan de Salazar?

- Se parece a los papeles que solía hacer Burt Lancaster, como en 'El halcón y la flecha'. Es tramposo, mentiroso, con mucho encanto. Es un tipo que es casi un pirata.

- Que está de vuelta de todo.

- Sí, es el único personaje de la expedición que ya ha estado en el Nuevo Mundo. Digamos que busca una excusa para volver al mar y empezar de nuevo. Ahora se topa con Mencía, que es el personaje de Ingrid Rubio, la doncella encargada de cuidar a todas las damas que viajan con ella a las Américas, y poco a poco se va enamorando de ella, aunque no se parezcan en nada.

- ¿Cómo se ha ganado el respeto de una tripulación de mujeres?

- A él le da igual. Lo que quiere es volver a América, en este caso lleva mujeres como podría llevar madera. Juan de Salazar no tiene ninguna finura ni modales, es un hombre de acción que se mueve por objetivos.

- Casi dieron la vuelta al mundo durante el rodaje.

- Estuvimos en Bogotá, en las selvas de Colombia, en Cartagena de Indias, que es casi un plató viviente. Íbamos vestidos de época por la calle y la gente no se asombraba. Luego rodamos en Cádiz con una réplica de la nao Victoria y finalmente en Huelva.

Trajes de 40 kilos

- ¿Hubo percances?

- El rodaje fue una aventura, en la selva nos pasó de todo. Iba vestido de época con unas botas altas, por la rodilla, y un traje de ante con el que sudaba muchísimo. Cuando terminaba mi jornada enseguida me iba a cambiar y me ponía unas bermudas y unas chanclas. Las chicas lo pasaban peor con sus trajes de cuarenta kilos. Una de las veces pisé un hormiguero sin darme cuenta. No me enteré y las hormigas empezaron a trepar por mis piernas y me mordieron. Me pasó dos veces y es como si te quemaran la piel.

- ¿No será usted de los que se marean navegando?

- Yo no soy de los que se marea, por suerte. Pero en una de las escenas mi personaje tenía que ir a explorar por el río y los del equipo me fabricaron una barca. Ese día había un oleaje muy fuerte y yo intentaba mantener la dignidad, pero por dentro estaba cagado de miedo. Con las ropas que llevaba encima es difícil flotar.

- ¿Conocía la historia?

- No la conocía y ha sido todo un descubrimiento. Saber que la historia es real y que en ella participaron nuestros antepasados es algo que le da mucha riqueza a esta ficción.

- Es una apuesta ambiciosa.

- Todo lo que sean historias de época exigen mucho dinero. Hay que buscar figurantes, animales...

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