Río escondido

Tras la sorpresa de 'El último concierto' se estrena ahora otra espléndida película, 'Mud', ambientada en el sur profundo de Estados Unidos. El argumento describe las peripecias de dos adolescentes de 14 años, que entablan relación con un misterioso fugitivo (excelente Matthew MacConaughey), oculto a orillas del río Mississippi. A partir de ahí, el espectador se involucra en una sugestiva aventura, por medio de la cual se rinde cumplido homenaje al escritor Mark Twain y a su emblemática novela 'Huckleberry Finn', conforme se muestra de forma sensible, pero también trágica, el despertar a la vida de dos chavales inolvidables.

Unas imágenes límpidas y cristalinas envuelven esta peripecia vital, donde la necesidad de afecto, el honor y la amistad marcan la pauta. También la lealtad y la traición ocupan un lugar destacado en el desarrollo de la historia, filmada a corazón abierto por un inspirado director, conforme asistimos al paso de la adolescencia a la edad adulta de sus dos pequeños protagonistas, en contraste con el violento mundo de los adultos. En ese sentido, 'Mud' refleja el destino de la condición humana sobre una tierra de verdadera prueba, con las brutales separaciones de los que se aman, la disgregación de los más preciosos bienes y la deformación de cuanto es puro y lozano.

Esto es cuanto atesora el filme de Jeff Nichols, cuyo contenido enriquece todo comentario moral, al tiempo que se muestra lúcido a la hora de reflejar las acciones de los personajes, los delicados estados de ánimo. Su poder de fascinación se debe en buena medida a una estricta concatenación musical. Surge aquí la lírica en una de sus mejores tradiciones, realzada por el interés de la intriga y el fluido engarce entre el ritmo y los diálogos, semejante al viento enérgico que corta las aguas del río Mississippi en un cabrilleo luminoso.