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Madonna saluda a la salida del Hardcandy Fitness de Roma. /Reuters
'Tiburona' Madonna
NUEVO LOOK

'Tiburona' Madonna

Forrarse los dientes de oro y diamantes, la última maniobra de la cantante para llamar la atención

ARANTZA FURUNDARENA

Viernes, 23 de agosto 2013, 10:22

A la mujer fea el oro la hermosea, dice un antiguo refrán. No es el caso de Madonna. Su ocurrencia de ponerse unos 'brackets', fundas o 'grills', como se llaman en la cultura hip hop, de oro y diamantes lejos de embellecerla la ha convertido en la hermana hortera de Tiburón, ese malo malísimo de las pelis de James Bond que cortaba cables de acero con su horripilante piñada metálica. Madonna lleva medio siglo levantándose por la mañana con la idea fija de no pasar desapercibida y generalmente lo consigue. Pero cada vez tiene el listón más alto a la hora de superarse a sí misma en extravagancia. Aún así, ha vuelto a dar la campanada. Que en eso (más que en el pop) ella sí que es una artista.

El pasado martes la cantante viajó a Roma para ultimar los detalles de la próxima apertura de uno de sus lujosos gimnasios 'Hardcandy Fitness' en un local de 13.000 metros cuadrados situado junto al Coliseo. Esto, así de entrada, habría sido noticia solo en Italia. Pero Madonna es lista como una ardilla y se las ingenió para que su visita a la ciudad eterna trascendiera al mundo entero. «¿Qué hago? ¿Me pongo el sujetador de pinchos, me planto una chistera, voy en bragas? No, que eso ya lo he explotado y lo tiene la gente muy visto», debió de pensar la diva. Así que recurrió a uno de sus últimos complementos de moda, unas fundas dentales en oro y diamantes del estilo de las que han lucido Mylie Cyrus, Chris Brown y Rihanna, y que ya estrenó a primeros de julio en una sesión de fotos para la revista Harper's Bazaar.

Esas imágenes las colgó más tarde en su cuenta de Instagram. En una aparece con una especie de burka hecho a base de cadenas. Y en la otra, con los célebres 'brackets' de pedrería mordiendo una espada bajo la leyenda: 'Live by the sword...' En alusión al célebre adagio: 'El que vive por la espada morirá por ella'. Todo esto, por supuesto, colocado con mucha estrategia al lado de un 'link' que te conduce directamente a su 'web' de merchandising donde te intenta colar unas camisetas de algodón a 70 dólares la pieza, solo porque llevan inscripciones alusivas a la revolución del amor o a la defensa de los derechos humanos... Y es que a Madonna se le llena la boca (de oro y diamantes) cuando defiende a los oprimidos.

Lo mejor del tenderete virtual de Madonna es ese 'pack' con cuatro DVDs que llevan por título 'Adicta a sudar'. En ellos la artista nos explica de forma gradual («sudor que humedece, sudor que resbala, sudor salvaje y sudar a chorros») lo que entiende ella por fitness; ese frenesí del machaque que la ha convertido, a sus 55 años, en una enciclopedia viviente del músculo (posee tantos y tan definidos que con su cuerpo podría estudiarse anatomía en braille). Pero hay algo a lo que Madonna es todavía más adicta que a sudar y es a dar el cante. Ahora acaba de lograrlo otra vez colocándose esas fundas de oro y diamantes que podrían pasar de los 50.000 dólares y que en la cultura hip hop (como en la calé, la hindú, la maya...) simbolizan estatus y poderío económico, pero que a este lado del mundo representan desde hace tiempo un claro síntoma de vulgaridad y horterada... Hasta que Madonna lo vuelva a poner de moda.

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