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Don Felipe y doña Letizia junto a sus hijas las infantas Leonor y Sofía. /Ballesteros/Efe
Paisaje interior
VACACIONES REALES

Paisaje interior

Los Príncipes escogen un entorno rural,sobrio y tradicional para su posado estival mallorquín

ARANTZA FURUNDARENA

Martes, 6 de agosto 2013, 10:17

Ayer por fin ocurrió. El Rey llegó a Palma. Y los Príncipes posaron con sus hijas. Fue esa imagen veraniega y familiar que la prensa social siempre espera como agua de mayo. Y que este año se ha producido el 5 de agosto. Una foto con mensaje. Cero ostentación, nada de lujo o frivolidad. Ni yates ni aguas turquesa. Agro profundo, entorno rural, paisaje agreste al pie de la recién calcinada sierra de Tramuntana. Vamos, que a los Príncipes solo les faltaban las alpargatas. De hecho, don Felipe calzaba unas rústicas menorquinas. La Princesa y su hija Leonor, sandalias planas. Y Sofía, que como bien dijo el Príncipe, «apenas se lleva dos o tres centímetros con su hermana», unas sandalias con una pequeña cuña que la igualaban en estatura a su hermana.

La prensa imaginaba que el lugar elegido sería un enclave emblemático. Pero además fue ecológico. Escogieron la Mallorca interior y, dentro de ella, La Granja de Esporles, a unos quince kilómetros de Palma, una finca rural con una bella masía del siglo XVII, rodeada de frondosa vegetación y fuentes naturales que permite un recorrido cultural por la historia, las costumbres y las tradiciones más genuinas de la isla. Los Príncipes y sus hijas (Felipe llevaba el folleto en la mano) la recorrieron como una familia más de turistas. Llegaron poco después de las seis de la tarde y emplearon más de hora y media en la visita. Solo permitieron entrar a tres medios de prensa. El resto de informadores tuvo que esperar fuera, lo que provocó las lógicas protestas. La finca mantiene aún una cárcel de la antigua inquisición, pero las infantas disfrutaron mucho más con la alcoba dedicada a los juguetes de época; observaron con curiosidad las 22 especies distintas de animales (cabras, burros, gallinas...) y en una ocasión el Príncipe tuvo que apartar a un caballo que le dio un pequeño susto a doña Letizia. También degustaron productos típicos de la tierra... «Leonor, no comas más buñuelos que luego no cenas», se le oyó decir a la Princesa.

Si una imagen vale más que mil palabras, podría decirse que las fotos tomadas ayer en Esporles denotan el paisaje interior no solo de Mallorca, sino de los propios Príncipes, decididos a ofrecer en el verano del trágico accidente ferroviario, de la crisis galopante y del incendio de la sierra mallorquina, una imagen sobria, tradicional, sencilla, familiar y cualquier cosa menos frívola. El año pasado ya apuntaron en esta dirección al convocar el 'photocall' en el tren de Sóller. Pero en aquella ocasión también hubo abundantes imágenes de ellos en la regata de la Copa del Rey y este año sin embargo no. Incluso el minimalista atuendo de la Princesa (pantalón pitillo color verdoso y sencilla blusa blanca, repetida en otras ocasiones) parecía destinado a ahuyentar la más mínima interpretación 'fashionista'. En su encuentro con la prensa, el Príncipe hizo un alegato de la candidatura de Madrid a la Olimpiada de 2020, a la que calificó como «un proyecto lleno de ilusión pero sobrio y realista». Y así, sobrio y realista fue el posado mallorquín de los Príncipes en este castigado 2013. Las más divertidas y risueñas, sus hijas, a las que la prensa preguntó si les había gustado la visita y a dúo emitieron un sonoro y entusiasta «¡Sííííííííí!».

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