

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
JOSE CARLOS CARABIAS ENVIADO ESPECIAL
Domingo, 7 de julio 2013, 03:24
Resuena atronadora la salida de la GP2 en el pinturero hogar de Ferrari, un motorhome cromado en rojo y blanco sin una brizna de roña, y Fernando Alonso hace un paréntesis en su reguero de consideraciones para descifrar quién toma la cabeza. Dos segundos de receso en un océano de incertidumbres respecto a la productividad de un coche que patina cada sábado. El curso arrancó fino para el español y el monoplaza italiano, pero se ha internado en una dinámica rutinaria y peligrosa. Clasificaciones deficientes en la ubicación de parrilla, tardes de explicaciones ante la Prensa y semblantes sombríos, y en el colofón del fin de semana, gran progreso el domingo que compensa el sinsabor del día anterior. En esas está Ferrari. Alonso sale octavo hoy en Nurburgring, Alemania, autopistas sin peajes, tráfico ordenado, conductores que respetan las normas de circulación. Y mira con catalejo al ocupante de la primera casilla. Lewis Hamilton lo hizo otra vez. Es su tercera pole del curso y la sexta de un equipo en trance (Mercedes).
Cuenta Alonso dimes y diretes por la insistencia de los periodistas en preguntar cuestiones relativas al 4-4-2 de la F1. La estrategia de los neumáticos duros en la Q3 que le permitirá alargar su parada hoy, las simulaciones del ordenador Ferrari que aconsejaba esta táctica y no otra, la temperatura ambiente que afecta más o menos a la degradación de las gomas, el tráfico que tendrán Vettel y Hamilton cuando paren a cambiar ruedas... Se extiende con su proverbial elocuencia en detalles, pero al final deja la sentencia verdadera, la que entiende el aficionado. «Cuando un coche va rápido, te da igual todo esto, los neumáticos, la temperatura, las estrategias... Y cuando va lento, también».
Ferrari lleva un lustro a la sombra, en una evidente ausencia de liderazgo. No innova, no imagina, no expresa su leyenda en coches hegemónicas. Y el pulso competitivo de Alonso no le alcanza para sobreponerse a esas carencias. Son tres años de gobierno de Red Bull, en el que otros han aportado sus pinceladas. Ahora asoma Mercedes, con su chequera sin fondo y un lanzador con apellido. Hamilton ha impulsado a la escudería alemana. Con Michael Schumacher de vuelta de todo no era ni parecido el equipo.
Mercedes sigue exultante en la Fórmula 1. Lewis Hamilton consiguió la sexta pole para tropa alemana en nueve carreras disputadas. Un porcentaje altísimo que expone la potencia del coche teutón en las manos del piloto británico (29 poles ya en siete temporadas). Superó en el duelo a Vettel y aspira a ganar en su país. El líder de Red Bull nunca ha triunfado en Alemania, aunque no parece inquieto por ese pormenor emotivo. Él es un robot preparado para la victoria.
La sorpresa de Rosberg
La Q1 no alteró los biorritmos del mediodía en el pueblo de Nurburg. Alonso salió muy pronto a marcar tiempo para evitar sorpresas desagradables, como en Silverstone. Lo consiguió y evitó problemas. Felipe Massa, su compañero de escudería, obtuvo el mejor registro de los participantes. Lo hizo, eso sí, con los neumáticos blandos, los que procuran más velocidad. Red Bull y Mercedes utilizaron los medios, es decir, los más lentos.
La segunda tanda regaló una de las sorpresas de la temporada. Nico Rosberg, propietario de tres poles este año, piloto emergente en un equipo en alza (Mercedes), cayó eliminado en el último instante por un error en su vuelta de oro, aunque su equipo asumió el fallo. Tan inesperado como eso fueron los tiempos en los puestos de mando. Felipe Massa encabezó la ronda, seguido por Raikkonen y Alonso.
El combate definitivo se ventiló, como estaba cantado, en un mano a mano entre Hamilton y Vettel. El asunto se dilucidó por dos décimas a favor del inglés, que arrebató la pole a su rival en el último momento, sobre la campana. Alonso y Ferrari ni siquiera se emplearon a fondo en la Q3. Optaron por montar neumáticos «duros» para así poder estirar su primera parada en la carrera de hoy -los coches tienen que usar el mismo compuesto en la Q3 que en la carrera-. Saldrá octavo. Suena a decepción, se vista como se quiera vestir.
«Desgraciadamente nuestro coche no ha evolucionado desde la carrera de China», dijo Alonso. «Nos hemos quedado un poco por detrás y las modificaciones que hemos aplicado no han funcionado».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La segunda temporada de Memento Mori se estrenará este mes de abril
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.