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JULIO DÍAZ DE ALDA
Miércoles, 8 de mayo 2013, 13:11
Los socios de Fagor Electrodomésticos se aprietan de nuevo el cinturón. Como en los últimos ejercicios, los cooperativistas de la firma votan estos días un nuevo sacrificio. En este caso, un descenso en las nóminas del 6,48% para este año (de mayo de 2013 a mayo de 2014) y una congelación para el siguiente ejercicio. Se trata de un primer balón de oxígeno, pues la Corporación Mondragón tiene previsto analizar la próxima semana un plan de salvamento de Fagor Electrodomésticos ante sus malos resultados.
Después de que más de 2.000 empleados se pronunciaran ayer en Mondragón sobre la medida, y a falta de que la plantilla de Edesa someta hoy a consulta la misma cuestión en Basauri, fuentes próximas a la empresa dan por hecho que el recorte saldrá adelante. Y recuerdan que gracias al modelo cooperativo son los socios-propietarios los que deciden. Algo que, en cierto modo, resulta una ventaja en la España de los 6,2 millones de parados.
Semejante tijeretazo salarial tiene su causa principal en el mal momento que atraviesa la compañía de Arrasate, que el año pasado perdió casi 90 millones, mientras sus ventas se reducían un 9% hasta los 1.167 millones. La crisis y la recesión se alargan, lo que impacta de lleno en el balance de un grupo que vive en buena parte del consumo privado, hoy en caída libre.
Las asambeas generales de trabajadores de Fagor Electrodomésticos y de Edesa votan, entre otras cosas, la hoja de ruta de la compañía para este año, enmarcada en un Plan Estratégico a cuatro años (2013-2016) con el que el grupo aspira a levantar el vuelo. Una misión complicada y que va a requerir más apoyos que los que puedan brindar sólo los empleados.
Entre los aspectos sometidos a escrutinio se encuentra también la eliminación de una cláusula histórica en la cooperativa: la que permite a los socios de hasta 60 años que abandonan la actividad la cesión de un puesto de trabajo a alguno de sus hijos (según sus capacidades) manteniendo, eso sí, su capital en la empresa. En un momento en el que la falta de carga de trabajo de algunas plantas obliga a recolocar a muchos operarios y en el que -dice la empresa- apenas se dan casos de 'sucesión familiar' en Fagor, parece que ha llegado el momento de enterrar esa peculiar posibilidad.
Críticos
La asamblea general de Fagor Electrodomésticos vivió ayer una pequeña 'revolución' al surgir una voz discordante con la manera de llevar las cosas. Se trata de la plataforma 'Kontseilu Berria', que reclamó un giro radical en la estrategia corporativa y la renovación de todo el consejo rector. Este grupo de socios, capitaneado por Kepa Belaustegi (responsable de compras del grupo) urgió a revisar el Plan Estratégico del grupo para garantizar al máximo el empleo en las factorías vascas.
Y es que ese programa prevé la salida -mediante prejubilaciones o reubicaciones- de 400 operarios del Alto Deba y Basauri hasta 2016. Algo que rechazan los críticos, que achacan los problemas a una mala gestión de la actual dirección.
Sea como fuere, Fagor Electrodomésticos está condenado a reinventarse. Los planes pasan por las alianzas internacionales y por concentrar en Euskadi la producción de más valor añadido. Junto a eso, la Corporación Mondragón analiza la mejor manera de arrimar el hombro para garantizar el futuro del histórico grupo de Arrasate: les ha prestado 35 millones y en breve les prestará otro tanto, tras este esfuerzo.
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