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MARÍA JOSÉ CARRERO mjcarrero@elcorreo.com ,
Martes, 9 de octubre 2012, 11:59
150.000 personas tienen algún tipo de dependencia en Euskadi, lo que representa casi un 7% de la población. El dato lo ofreció ayer el presidente de la Fundación Vasca para la Innovación Sociosanitaria (Etorbizi), Fernando Fantova. La demanda de prestaciones por parte de cada uno de esos 150.000 vascos es muy diferente, ya que la cifra engloba tanto a quienes tienen una discapacidad -física, psíquica o sensorial-, como alguna enfermedad crónica. Y es que el nuevo concepto de dependencia incluye a quienes, por padecer dolencias incurables, requieren no solo atención sanitaria, sino también de tipo social.
De este importante colectivo, solo 39.114 personas -el 26%- reciben alguna prestación pública, ya sea en forma de ayuda económica para cuidados en el entorno familiar, para residencia, centro de día o atención a domicilio. Por lo general son personas mayores de 65 años con grandes dificultades para valerse por sí mismas. El hecho de que el resto de vascos con dependencia no haya accedido a las prestaciones públicas no significa que no vaya a tener derecho a ellas en un plazo más o menos próximo. Sobre todo, a medida que envejezcan.
En este contexto, más de 750 expertos españoles e internacionales se dan cita, desde ayer y hasta mañana en Bilbao, para analizar «cómo mejorar la atención de los dependientes desde una perspectiva global. «Tiene que haber una interacción de los servicios sanitarios y sociales para conseguir unos cuidados integrados que redunden en una mejora de la calidad de vida de las personas dependientes y, a la vez, permita impulsar un nuevo 'nicho' de trabajo», resaltó Fernando Fantova.
Y es que las personas con necesidad de cuidados ya generan en Euskadi 990 millones de euros de gasto público y privado, es decir, 486 euros por habitante al año. De este dinero, 157 euros salen de las administraciones vascas, frente a los 124 euros de media en el conjunto de España. El resto del dinero lo ponen los usuarios o sus familias. Además, los servicios sociales generan casi 30.000 puestos de trabajo, repartidos en un total de 804 empresas; la mayoría residencias. Se trata del sector que más ha crecido en creación de empleo en la primera década de este siglo.
En un escenario de profunda crisis económica, ¿cómo se afronta el reto de atender la dependencia en una sociedad cada vez más envejecida? La pregunta tiene difícil contestación cuando el Gobierno central ha recortado las ayudas a las familias cuidadoras, aunque las instituciones vascas han asegurado que mantendrán las cuantías.
El investigador del Centro Europeo de Políticas de Bienestar Social, Kai Leichssenring, resaltó que ahora es más importante que nunca coordinar los cuidados sanitarios y los sociales para evitar continuas hospitalizaciones de enfermos crónicos, que generan un gasto desmesurado y son todo lo contrario a la calidad de vida. Consideró también que este momento puede ser el idóneo para dar una oportunidad de «profesionalizar» a las mujeres que tradicionalmente han asumido el cuidado de las personas dependientes.
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