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ANTONIO MONTILLA
Domingo, 23 de septiembre 2012, 04:16
Varios prestigiosos periódicos 'salmón' europeos escudriñan desde hace meses quién es Álvaro Nadal (1970) y, sobre todo, a qué obedece la influencia que el actual director de la Oficina Económica de La Moncloa ejerce sobre Mariano Rajoy. No se trata de un milagro reciente. Nadal, en los inicios de su carrera, formó parte de los equipos de Cristóbal Montoro y Rodrigo Rato durante el segundo mandato de Aznar.
Su primer gran paso adelante lo dio en 2004, cuando el ahora ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, lo fichó como revulsivo para el equipo económico de la dirección nacional del PP, que se había quedado huérfano tras el inesperado primer revés electoral que sufrió Rajoy.
Pero uno de los momentos cruciales en la carrera de Nadal llegó en 2008, cuando Soraya Sáenz de Santamaría lo incorporó a la cúpula del grupo parlamentario popular en el Congreso junto a Fátima Bañez, José Luis Ayllón, José Manuel Lasalle o Alfonso Alonso. Un grupo que, en los ambientes políticos, recibió el apodo de 'los sorayos' debido a la gran confianza que la vicepresidenta del Gobierno depositó, y mantiene, en ellos.
«Nadal es uno de los expertos más brillantes que conozco, capaz de hacer comprensible el concepto económico más complejo», destaca un alto cargo del Ejecutivo. Su vocación inicial no fue la economía sino el Derecho, cuenta uno de sus allegados. Ingresó, gracias a una nota que rozó el 9, en la universidad jesuita de ICADE en 1988, para cursar la doble licenciatura de Derecho y Económicas, junto a su hermano gemelo, Alberto Nadal (actual director adjunto a la Secretaria General de CEOE). «Eran unos estudiantes modelos, los recuerdo a los dos llegando a clase con gabardinas iguales», apunta un compañero de universidad. Esta misma fuente destaca que la pasión por la macroeconomía, que les hizo abandonar la senda del Derecho, se la transmitió el profesor Benigno Valle.
Número uno de promoción
Dejó la política de manera momentánea tras aprobar las oposiciones a Técnico Comercial y Economista. Fue el número uno de su promoción (y su hermano, el número dos). Amplió su doctorado en la prestigiosa universidad estadounidense de Harvad y trabajó como consejero económico y comercial de la embajada de España en Israel, entre otros destinos.
Nadal, casado con la diplomática Teresa Lizaranzu, rehuye de cualquier tipo de ostentación. Durante la pasada legislatura iba a trabajar al Congreso en bicicleta y permanecía en su despacho hasta altas horas de la noche. Su horario, en realidad, formaba parte del acuerdo tácito que suscribió con Sáenz de Santamaría. «Era un hombre que trabajaba en Madrid y vivía en Berlín», comenta en tono irónico un compañero de bancada.
Pero en efecto, Nadal ponía rumbo todos los viernes a Alemania para ver a su mujer y a sus dos hijas. «Podría escribir todo un tratado sobre las compañías aéreas de bajo coste», apunta otro diputado del PP. Y es que la esposa de Nadal estuvo destinada cuatro años en la Embajada de España en Berlín. Para entonces, ya era un cualificado experto en las estrategias macroeconómicas que han seguido los gobiernos de Alemania y EE UU en las últimas décadas.
Interlocutor Rajoy-Merkel
Estos antecedentes, y su total dominio del alemán y del inglés, le han convertido en el interlocutor principal de Rajoy ante el equipo de la canciller Angela Merkel, con los que mantiene contactos telefónicos varias veces por semana. Pergeñó con ahínco los dos encuentros que Rajoy y Merkel han celebrado en los primeros ocho meses de mandato (uno en Berlín y otro en Madrid) y ahora trabaja en la cumbre bilateral que celebrarán ambos países. «No es solo porque les hable en alemán, sino porque le apasiona la forma germánica de entender la vida y el trabajo», incide otro de sus conocidos. Tanto es así, que nada más regresar su esposa a España (ahora es directora general de Industrias Culturales y del Libro) matriculó a sus retoños en un colegio alemán de Madrid.
Pero esa no es, ni mucho menos, su única función en La Moncloa. «Nadal ofrece a Rajoy y a Soraya Sáenz de Santamaría una visión más neutral o desapasionada de los conflictos que puedan surgir entre los ministros económicos», destaca un miembro del Ejecutivo. De hecho, tuvo una aportación decisiva en la polémica entre el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el de Industria y Energía, José Manuel Soria, a cuenta de cómo debía afrontar el Gobierno la reforma energética.
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