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Las cuatro cadetes del Zuazo permanecerán un año en blanco. :: FERNANDO GÓMEZ
La libertad vale 4.000 euros
BALONMANO

La libertad vale 4.000 euros

Cuatro jugadoras del Zuazo se quedan un año en blanco al exigirles el club una retribución por sus derechos formativos y negarse a pagarla

SILVIA OSORIO

Lunes, 17 de septiembre 2012, 10:28

Lucía, Yara, Iraide y Maider no podrán practicar este año el balonmano. Estas cuatro chicas, de Barakaldo y de 16 años, acuden cada mañana a un centro educativo del municipio para sacar adelante el curso de primero de Bachillerato, pero por las tardes se entregan en cuerpo y alma a perfeccionar su técnica y disfrutar de su gran pasión. El año pasado militaron en la categoría cadete del Zuazo, club baracaldés en el que se han entrenado desde que empezaron a sentir el gusanillo por esta disciplina.

Esta temporada, sin embargo, la pasarán en blanco. Después de haber vivido «una etapa maravillosa» en la entidad, las cuatro compañeras decidieron cambiar de aires y proseguir su formación en otro equipo del territorio. Pero la carta de libertad no era tan sencilla de conseguir como pensaban. Según explicaron a este periódico, el Zuazo les impide fichar por otro equipo a no ser que desembolsen entre «4.000 y 6.000 euros», una «cantidad escandalosa» para jugadoras no profesionales, pero que el club fabril, invocando el artículo 34 del reglamento de partidos y competiciones de la Federación Vasca de Balonmano, les exige en compensación por el tiempo dedicado a su formación.

Se trata de un montante que las muchachas desconocían tener que abonar si querían continuar sus carreras en otro equipo. Según relataron, en un principio, la directiva baracaldesa dio luz verde a su marcha. Este año, la normativa ha cambiado y, pese a que anteriormente sólo se podía exigir una cuantía económica a partir de segundo año de juvenil, esta temporada también se ven afectadas las jugadoras de primer año. «Ellos no tenían ni idea de qué podían pedir por nosotras. En cuanto se enteraron, no dudaron en intentar hacer caja y nos negaron el permiso», señala Lucía Pérez, una de las afectadas.

Sin solución

Ante la «inflexibilidad» del club, las jóvenes y sus familias se pusieron en contacto con la Federación vasca. Por el momento, los intentos de enmendar el entuerto han sido en balde. No hay solución. «Nos han dicho que es una norma vigente, que la están intentando arreglar para el año que viene, pero que éste nos ha tocado», afirmó resignado Pedro Pérez, padre de una de las jugadoras.

Por su edad, este curso les tocaba dar el salto a la liga juvenil. Las deportistas, ante «la falta de profesionalidad y de formalidad y el mal funcionamiento» del equipo superior del Zuazo, optaron por tomar otro rumbo. «La entrenadora faltaba muchas veces. Incluso, a final de temporada, las chicas jugaron algunos partidos sin su presencia. Sólo queríamos estar en otro lugar donde estar bien atendidas», subraya Yara Casado.

Un año de parón, sin entrenamientos ni competición, podría truncar sus carreras. «Podrían entrenar por su cuenta, pero no es lo mismo. Están en la categoría punta y se fastidió», añade el padre de Lucía. No se creen futuras promesas del balonmano. Aún son jóvenes y con la cabeza bien amueblada. Saben que los estudios son lo importante, pero tienen claro que les gustaría seguir disfrutando de su 'hobby' hasta que las circunstancias les hagan decir basta. O no. «No sabemos. Aún tenemos 16 años y a saber qué pasa en un futuro. La pena es que nos lo prohíban de esta manera», añade Maider Rodríguez.

Por su parte, el Zuazo se ampara en no renunciar al derecho que le asiste. En un comunicado oficial, la directiva fabril afirmó que, al igual que cualquier otro club, la entidad también ha pagado los citados derechos de formación cuando ha fichado a alguna jugadora y que, por tanto, los exige cuando le corresponden. Además, los responsables del conjunto fabril niegan el mal ambiente en sus conjuntos de categorías inferiores y consideran que el «problema» viene motivado por la marcha del entrenador de las jóvenes al también vizcaíno Kukullaga. «Les hemos dado todo lo posible dentro de los medios que teníamos. Hemos invertido tiempo, dinero y esfuerzo. Acusarnos de que no somos merecedores de confianza y que somos explotadores clama al cielo», manifestaron.

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