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MIRARI ARTIME
Miércoles, 29 de agosto 2012, 12:18
La ayuda humanitaria no desiste en su intento de llegar a Palestina y romper el bloque marítimo que impone Israel. Tras el asalto del ejército israelí a la primera expedición en 2010 y el secuestro de las embarcaciones en Grecia en 2011, la Flotilla de la Libertad lo intentará de nuevo en octubre. Antes, el velero 'Estelle' recorrerá el litoral europeo «para concienciar sobre la situación que sufre el pueblo palestino». Ayer llegó a Bermeo.
Escoltado por una docena de pequeñas y medianas embarcaciones, el barco de 53 metros de eslora, tres mástiles con diez velas y una capacidad de carga de 238 toneladas, arribó al puerto vizcaíno a primera hora de la tarde. Numerosos vecinos esperaban su llegada en el muelle, pertrechados con cientos de banderas palestinas. La bienvenida tuvo un marcado carácter festivo. La sirena de la cofradía vieja no dejó de sonar mientras el viento arrastraba hasta el 'Estelle' los ecos de la 'txalaparta' y los 'irrintzis'. Entre el público, varias mujeres palestinas no pudieron reprimir las lágrimas. «Para nosotras, recibir este cariño y sentir la solidaridad del pueblo vasco es muy importante y así lo transmitiremos a nuestros familias», señaló una de las más jóvenes integrantes de la pequeña comunidad asentada en Bermeo.
Las maniobras del barco estuvieron acompañadas de la inconfundible melodía de 'Pippi Calzaslargas', a cargo del sueco Dror Feile, portavoz del grupo de activistas y veterano saxofonista. Construido en 1922, el 'Estelle' -antiguo pesquero y más tarde buque dedicado al comercio justo entre Angola y Finlandia- partió de Suecia a mediados de julio con destino a Gaza. A bordo lleva repuestos para regadío y electricidad, además de cemento y cientos de balones de fútbol.
«No obstante, su principal cargamento son las toneladas de solidaridad que estamos recibiendo en los puertos por los que pasamos», señalaron portavoces de la expedición. «El recibimiento en San Sebastián fue maravilloso, lo mismo que en Bermeo. Ha sido muy emocionante», añadieron. Durante los tres meses que llevan de travesía, sus 17 tripulantes, siete de ellos marinos de profesión y el resto voluntarios suecos, noruegos y finlandeses, trabajan sin parar. «Hacemos turnos de doce horas y en los ratos libres básicamente descansamos o pescamos -declararon-. No somos antiisraelíes, luchamos a favor de los derechos humanos y la libertad».
Su objetivo es mostrar la situación que se vive en Gaza. «Lo importante no es llegar, sino denunciar lo que sucede». El barco podrá visitarse hoy, de 10.30 a 13.30 horas y de 16 a 20. Después partirá hacia Alicante y Barcelona, desde donde tomará rumbo a Marsella y Nápoles.
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