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Los voluntarios cubren la pista en uno de los parones a causa de la lluvia.
El cielo puede esperar
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El cielo puede esperar

La lluvia fuerza la suspensión hasta hoy de la final cuando Nadal ganaba a un Djokovic en plena remontada

FERNANDO ITURRIBARRÍA

Lunes, 11 de junio 2012, 10:23

El cielo puede esperar. Cubierto de nubes y recorrido por frentes de chubascos, obligó a suspender hasta hoy, a las 13 horas, la final de Roland Garros. Tras una primera interrupción de media hora en el segundo set, el partido entre Rafael Nadal y Novak Djokovic fue aplazado a las tres horas de juego a causa de la lluvia cuando el español dominaba por 6-4, 6-3, 2-6 y 1-2 con saque a favor del serbio. En el torneo parisiense no ocurría un contratiempo similar desde 1973, año en que el rumano Ilie Nastase conquistó la Copa de los Mosqueteros un martes debido al retraso acumulado en el programa por las precipitaciones en la segunda semana de la quincena.

Caracterizada por las alternativas en el dominio del juego, la final quedó empantanada en el mejor momento para Nadal, dada la reacción trepidante de Djokovic bajo la lluvia. El serbio daba la impresión de ser capaz de dar la vuelta a un duelo que había afrontado tres horas antes muy cuesta arriba. Nadal ganó el sorteo y eligió restar, fiel a su costumbre. El traspaso de presión a Djokovic para inaugurar la contienda le salió bien. El serbio perdió el saque en sus dos primeros servicios y al primer descanso se llegó con 3-0 a favor del español.

Pero 22 minutos después el número uno del mundo había restablecido la igualdad en el marcador al tomar la batuta del peloteo ante un rival que se veía obligado a jugar con segundos saques. Más conservador e impreciso, Nadal incurrió en dos dobles faltas en el sexto juego para verse quebrado por segunda vez en una final a la que había llegado con solo un 'break' en contra. Pero Djokovic le devolvió el favor en el juego siguiente y vio esfumarse la primera manga al filo de la hora de juego.

Dos roturas sucesivas colocaron un empate a dos juegos en el arranque del segundo set con Djokovic muy crispado por su impotencia para imponer la iniciativa. El serbio, que tiró la raqueta en el quinto juego, la emprendió a golpes con su banco tras perder el saque en el séptimo. Las astillas del boquete que produjo en la madera de un furibundo raquetazo saltaron a la pista y le valieron la amonestación arbitral. Los gestos hacia sus técnicos y allegados delataban la falta de recursos y las dudas tácticas para salir del bache de juego.

Con el juego siguiente la pertinaz lluvia provocó una primera interrupción del partido con 5-3 a favor de Nadal. Tras la pausa, aprovechó con un 'passing' de revés la segunda bola de set para adelantarse con dos parciales en el tanteador. El mallorquín cobró dos juegos de ventaja en la tercera manga ante un rival que comenzó a arriesgar en la búsqueda de las líneas y dio la vuelta a la situación.

Otro partido

Había comenzado otra final con un serbio en plan mandón que remontó un 0-2 para arrebatar al balear el primer set en toda la quincena. La máquina de disparar tiros desde el fondo siguió a pleno rendimiento hasta que a las tres horas de refriega el aguacero forzó una segunda interrupción. 'Nole' dominaba entonces el set con 2-1 y saque tras haber encadenado ocho juegos consecutivos en plena reacción y con la confianza recobrada.

Para entonces el barro cubría las suelas de las zapatillas y las pelotas se desmadejaban empapadas en agua y tierra. Su peso desmesurado obligaba a un esfuerzo sobrehumano a los dos gladiadores. El estado de la pista en ambos fondos dejaba mucho que desear. Botes en falso y tropezones se sucedieron con riesgo para la integridad física de los jugadores.

La estadística del partido reflejaba cuando fue interrumpido una igualdad prometedora de cara a su reanudación, prevista a la una de la tarde. Los dos jugadores estaban empatados a 97 puntos marcados, Djokovic había ejecutado 13 derechas ganadoras por once Nadal y el balance de los 'passing shots' era de 5 a 4 para el serbio. El defensor del título se mostró más seguro con 23 errores no forzados frente a 40 pero el de Belgrado registró un 69% de éxito en la red con 14 puntos marcados en 23 subidas contra el 53% por 7 en 13 de su adversario.

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