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Edificio que tuvo que ser desalojado a consecuencia de las grietas y el solar que ha quedado hoy en día tras su demolición. :: EFE
Lorca sigue esperando
UN AÑO DESPUÉS DEL TERREMOTO

Lorca sigue esperando

Un año después de los seísmos, más de 1.200 familias no han podido regresar a sus viviendas y los damnificados aún aguardan las ayudas

JAVIER PÉREZ

Viernes, 11 de mayo 2012, 09:24

Un mar de grúas acompañado de un mapa sonoro de taladradoras, voces desde los andamios y excavadoras rugientes abriendo la tierra. Ojalá fuese éste el paisaje urbano de esta crónica. Pero no lo es. Un año después de los terremotos que causaron 9 muertos, 300 heridos e innumerables daños materiales, Lorca sigue esperando su reconstrucción. La ciudad muestra sus heridas abiertas en inmensos solares en los que solo hay silencio y polvo. El vacío ocupa, en total, un espacio equivalente a 17 campos de fútbol. 1.124 viviendas fueron demolidas tras los seísmos, y ninguna ha sido aún vuelta a levantar. La mayoría de quienes tenían un seguro ya lo han cobrado, pero de las ayudas públicas prometidas -230 millones de euros- apenas han llegado 5.

Un tercio de los alumnos de Secundaria del municipio seguirán en instalaciones provisionales porque la reconstrucción de los dos institutos que hubo que demoler va para largo, mientras la consejería de Sanidad admite que no hay ni fechas, ni plazos, ni fondos para levantar el centro de salud Lorca-centro, que quedó derruido. El panorama se completa con proyectos que por ahora han quedado en nada, como las 300 viviendas modulares que iba a instalar la Sociedad Estatal de Suelo, y que no se han llegado a construir por falta de acuerdo con el Ayuntamiento.

Los lorquinos asisten con escepticismo y frustración a los retrasos y al cruce de acusaciones entre partidos. Las administraciones prometen que con el nuevo decreto que se aprobó en Semana Santa, las ayudas llegarán este mismo mes a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Pero los afectados están cansados de palabras. «Hemos tenido muy mala suerte; las ayudas se han gestionado con dos procesos electorales, un cambio de gobierno y la crisis económica de por medio», resume Antonio García, presidente de la asociación de comerciantes.

María Sánchez es la tía del joven Raúl Guerrero, que murió a las puertas del bar de sus abuelos. La familia sigue desolada, y también cansada de tanta lucha. «Ahora quieren poner una escultura que se llama 'Consuelo'. Pues muy bien, pero yo no me siento consolada», se lamenta con amargura. El bar sigue cerrado -no llegan a un acuerdo con su seguro, y al edificio aún no se puede acceder por los daños que sufrió la estructura-, así que de momento van tirando con una barra instalada en una plaza cercana. Pero si el Ayuntamiento no les cede el local social del barrio, tendrán que cerrar. En algunos momentos han tenido que recurrir a Cáritas, confiesa María.

Falta de fondos

Los afectados de Lorca se han encontrado con unas arcas públicas vacías por culpa de la crisis y el déficit. El primer decreto para la reconstrucción, que aprobó el anterior gobierno socialista, repartió al 50% los costes de las ayudas públicas para los damnificados entre el Estado y la comunidad. El Gobierno regional, en situación de asfixia financiera, no ha cumplido con este compromiso. Así que aunque desde Madrid se han enviado 10,5 millones de euros -según los datos facilitados por la consejería de Obras Públicas-, solo entre 2,5 y 5 millones han llegado ya a los lorquinos. El grueso del dinero estatal ha estado retenido o «embalsado» a la espera de que la comunidad autónoma pusiese su 50% correspondiente.

El problema de la falta de fondos se ha desbloqueado con el decreto aprobado en Semana Santa. La parte de ayudas que corresponde a la comunidad la cubrirá el Instituto de Crédito Oficial, con 115 millones de euros. La comisionada, Inmaculada García, ha prometido que la llegada de los fondos es «inminente». A la espera están 9.100 expedientes ya aprobados por un importe total de 30 millones de euros.

Más de 1.200 familias están a día de hoy todavía desplazadas de sus hogares. Muchos viven en segundas residencias, pero otros han tenido que echar mano de casas de familiares o de la solidaridad de sus vecinos. El alcalde, Francisco Jódar, admite los retrasos que se han producido. «Entiendo que la gente haya tenido esa percepción, yo mismo la tengo». Pero defiende que la reconstrucción arrancará en breve y se está «en el buen camino». Todavía quedan, sin embargo, muchas dudas. Por ejemplo, sobre el Plan Lorca, presentado antes del cambio de gobierno nacional. Se exigieron entonces 1.650 millones en inversión. Pero ahora se admite que ese proyecto no se ejecutará antes de 2013, y nadie aclara cuál será la inversión final.

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