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J. A. PÉREZ CAPETILLO
Jueves, 29 de diciembre 2011, 03:23
El palco de San Mamés acostumbra a presentar muy buen aspecto durante los partidos de la selección vasca. Se suelen comentar las presencias y las ausencias en una cita que, salvo 2008 y 2009, llega en la última semana del año. Un cuarto de hora antes del comienzo de este amistoso, sólo había cuatro personas en este espacio. Entre ellas Pedro Solaun, presidente de la Federación alavesa de fútbol, y el secretario, Manu Montalbán. Mientras, decenas y decenas de personas ataviadas con camisetas de todo tipo entraban por los vomitorios al estadio. El siguiente en entrar en el palco fue el mandatario de la guipuzcoana Juan Luis Larrea. Sobre el césped de 'La Catedral' ya caía una lluvia incesante y bastante molesta que hacía que muchos aficionados buscaran resguardo en las localidades cubiertas. También estuvieron en este evento, y es que era su fiesta, el presidente de la Federación vizcaína, Iñaki Gómez Mardones, y el de la vasca, Santiago Arostegi, al que no le debió de gustar ver de nuevo el lanzamiento de alguna bengala al césped. Minutos antes, el propio Arostegi impuso la insignia de oro al árbitro Eduardo Iturralde González para reconocer su dilatada trayectoria.
Antes de los himnos entró al palco la consejera de Cultura, Blanca Urgell. Y, segundos después, los diputados generales de Bizkaia, José Luis Bilbao, y de Gipuzkoa, Martín Garitano. Escucharon el himno de Euskadi mientras los jugadores portaban una pancarta que pedía la oficialidad. El consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, también estuvo en un encuentro que siempre es especial para José Ángel Iribar, que dejó el puesto de seleccionador el año pasado tras el encuentro ante Venezuela y que ya no sufre desde el banquillo sino que lo hace desde la tribuna. El 'Chopo' estuvo 18 años en un combinado en la que también ha jugado Aitor Larrazabal, que presenció el encuentro desde la fila superior del palco.
Varios directivos del Athletic y de la Real Sociedad también siguieron el partido en directo, como Patxi Mutiloa, uno de los que no podía faltar desde su cargo de director de Deportes y que se llevaba las manos a la cabeza con un remate de Aduriz. El expresidente de la Federación Vasca Laurentzi Gana también es de los que ha lidiado durante años para que este partido sea cada temporada una realidad. Ejerció de anfitrión de todos Josu Urrutia, que vio el primer partido de la Euskal Selekzioa en su año inicial como presidente del Athletic. Justo antes del pitido inicial le saludó el concejal del Ayuntamiento de Bilbao Sabin Anuzita, que llegó al encuentro con la también concejala Marta Ajuria.
Los goles no llegaron en San Mamés hasta la mitad de la segunda parte, en la que marcó Túnez. Los resoplidos del palco denotaron decepción salvo, lógicamente, en el embajador tunecino y en algunos pequeños grupos de aficionados del país africano desperdigados por el campo. Unos llevaban camisetas en las que se leía 'Forza Túnez'. Todos los ocupantes del palco deseaban que el partido transcurriera con normalidad, sin sobresaltos, aunque hubiera esos leves resoplidos. Querían que, al margen del resultado final que siempre importa, la fiesta fuera civilizada en una noche que se volvió muy desagradable en lo climatológico. Más aún con los goles de M'Sakni Youssef y de Chadly.
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