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J. GÓMEZ PEÑA
Sábado, 5 de noviembre 2011, 10:30
La creación en 2004 del UCI Pro Tour -ahora UCI World Tour- refundó el ciclismo. Nació de una idea que sonaba bien: juntar a los mejores ciclistas en las mejores carreras. Desde entonces, cada paso que ha dado la Unión Ciclista Internacional (UCI) ha ido en esa dirección. Todo para unos pocos. El ciclismo se ha convertido en un coto para ricos. El modelo a seguir es el de la Fórmula 1. La UCI quiere atraer a grandes patrocinadores y extender este deporte a países como China, la nueva aristocracia económica mundial.
En ese entorno y acorralado por la crisis económica, el Euskaltel-Euskadi bracea para seguir a flote. En dos semanas se decide si en 2012 continúa en el UCI World Tour. «Soy muy optimista», asegura Miguel Madariaga. El mánager de la escuadra, en cambio, ve más oscura la temporada 2013. La firma Euskaltel, cuya vinculación con el equipo termina el próximo año, no ha confirmado su continuidad. Incluso ha dejado entrever la posibilidad de bajarse de una bicicleta a la que se montó en 1997. Además, las instituciones públicas han rebajado un 20 por ciento su aportación. De ahí el sudor frío que recorre la frente de Madariaga cuando le preguntan por el futuro: «Lo veo mal. Es difícil que en 2013 este equipo siga en el UCI World Tour».
Madariaga tiene edad de jubilado incluso en Alemania, 67 años. Pero no ejerce. Sigue activo. Y más ahora que la marcha de Igor González de Galdeano ha vuelvo a cargar sus hombros con la gestión del equipo. El 16 de noviembre, el Euskaltel se presentará en Ginebra ante los auditores del comité de licencias del UCI World Tour. La tarjeta deportiva del equipo es intachable. «Pero tendremos que defender nuestra candidatura desde el punto de vista económico», cuenta. El Euskaltel es una escuadra pequeña, de cantera. Nada que ver con Sky o BMC, equipos de reciente creación y ya dominadores.
Presupuesto menguante
Durante la reciente Vuelta a China, Madariaga habló con Pat McQuaid. El presidente de la UCI alabó la trayectoria del Euskaltel. «Me dijo que en 2012 seguro que volvíamos a estar con los mejores», relata. Por eso, confía en que la UCI incluya el 20 de noviembre a la escuadra naranja en la lista de equipos con licencia World Tour para 2012. Eso da acceso directo a todas las grandes carreras del calendario, incluido el Tour.
Pero la licencia hay que nutrirla. Y el presupuesto mengua. De siete a seis millones de euros. De ahí que Madariaga busque patrocinadores, «aquí o donde sea», para fortalecer la aportación que ahora realizan Euskaltel y las instituciones. «Incluso, a través de Orbea (bicicletas), tenemos contactos en Estados Unidos», desvela. «Estoy convencido de que vamos a sacar dinero para cuadrar las cuentas». Luego, cuando la temporada 2012 esté apuntalada en el UCI World Tour, le tocará el puerto más duro: el porvenir. La firma Euskaltel anunciará antes del próximo Tour si continúa en el ciclismo. Hay dudas. Si no sigue y Madariaga no consigue un sustituto, el equipo bajaría de categoría. Sería el adiós a la Champions League del ciclismo, un torneo en el que ha estado desde el inicio sostenido por la cantera y por la afición que cada año copa las cunetas del Tour. Un caso único.
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