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JAVIER ORTIZ DE LAZCANO
Sábado, 29 de octubre 2011, 16:14
La crisis económica llega al nuevo San Mamés, cuyas obras comenzaron en mayo de 2010 y donde el Athletic jugará desde la temporada 2003-14, aunque la construcción acabará en marzo de 2015. EL CORREO ha podido saber que el Gobierno vasco ha comunicado en los últimos días a la junta directiva del Athletic que retrasará su aportación económica para levantar el estadio, actualmente en obras. La notificación la realizó un alto cargo del Departamento de Economía y Hacienda en una reunión con Alberto Uribe-Echevarría y Javier Aldazabal, los dos hombres de máxima confianza del presidente, Josu Urrutia.
Los 9,6 millones previstos este año no se ingresarán en las cuentas de San Mamés Barria, la sociedad que gestiona la infraestructura. Lo mismo sucederá en 2012 con 3 de los 15,6 millones comprometidos. Aunque esta decisión y el ambiente general de recortes económicos arrojan incertidumbre sobre los plazos de finalización del coliseo rojiblanco, las fuentes consultadas indican que el Ejecutivo de Patxi López ha garantizado a la directiva que sus «aplazamientos» en la asignación del dinero no van a suponer un retraso en la obra.
El Gobierno entró en San Mamés Barria con el compromiso de aportar 55 millones de los 180 en los que se ha presupuestado la obra. Diputación y BBK ponen la misma cantidad, por 42 millones Ibaigane, aunque el club descuenta el valor del solar del actual estadio. El Ayuntamiento, a través de no cobrar los impuestos municipales, se ha sumado al proyecto con 8 millones. Los 35 millones de diferencia entre ese montante total -215 millones- y la inversión a realizar -180- corresponden al valor de los terrenos que han cedido el Athletic (el actual San Mamés) y la Diputación (la desaparecida Feria de Muestras).
El Ejecutivo desembolsó el pasado ejercicio cinco millones. Los 9,6 de este año «se dilatan» en el tiempo, indicaron las fuentes consultadas, que añadieron que aún no está decidido el calendario definitivo de entrega. El plan inicial, comunicado por Manu Salinero, secretario general de Presidencia del Gobierno autonómico y socio del Athletic, era inyectar dinero a la infraestructura hasta 2015. Ahora las fuentes indicadas mantienen que los pagos de Lakua se demorarán «hasta 2017», dos años después de que haya finalizado la obra.
Eso sí, advierten de que esta decisión no supondrá «en ningún caso» un retraso en los trabajos. De hecho, el Gobierno socialista garantizó al Athletic cuando le puso al tanto de su decisión que mantiene su compromiso con la construcción del nuevo campo en los plazos previstos. Una fuente del Ejecutivo vasco realizó la siguiente reflexión para explicar la decisión: «Estamos en crisis. La ciudadanía no entendería que recortemos en todos los sitios, que haya menos dinero para sanidad y educación, que se hayan rebajado las ayudas sociales y congelado los sueldos de los funcionarios y que, sin embargo, mantengamos como si no pasara nada los plazos de entrega del dinero al nuevo campo del Athletic».
El plan sigue adelante
Además de la crisis, Lakua suma otro argumento. Como las obras del campo arrancaron con retraso, «el dinero no es ahora imprescindible». Una disputa entre dos UTE's de constructoras sobre las condiciones de licitación del concurso de movimiento de tierras demoró el inicio de las obras. El pliego se hizo público a mediados de diciembre de 2010, pero no quedaba claro si se podía usar dinamita o no. El asunto provocó que la excavación no comenzara hasta el 30 de mayo y que la cimentación comenzara el pasado mes de agosto, con medio año de retardo sobre la fecha prevista.
Esta demora afecta a la línea de subvención gubernamental. «Mantenemos el compromiso global, pero no es una inversión urgente. Las obras avanzan sin nuestra aportación. Preferimos que esos 10 millones que no ponemos este año se gasten en educación o sanidad antes de que se ingresen en la caja fuerte de San Mamés barria a la espera de que se inviertan. La sociedad que construye el campo no tiene tensiones de tesorería, pero nosotros sí», indicó una fuente del Gobierno de Patxi López.
El objetivo del Ejecutivo es «dilatar y acompasar» las aportaciones económicas a la nueva obra en función de las licitaciones que vayan adjudicándose. «Que nuestra aportación económica se retrase no pone en peligro los plazos».
El vicepresidente del Athletic, José Ángel Corres, aseguró en octubre a los compromisarios del Athletic que la obra estará «finalizada en marzo de 2015». Entonces, el presidente de la Cámara de Comercio desconocía que la crisis iba a provocar que el Gobierno vasco retrasase sus aportaciones.
De hecho, las fuentes consultadas añaden que, a cambio, la Diputación ha hecho saber a la directiva de Urrutia que el plazo de sus pagos a la obra se mantiene sin alteración. Eso sí, en todo caso. el diputado general, José Luis Bilbao, dio a conocer el miércoles que el dinero que el club cobra por el convenio, 2,75 millones de euros al año, se reduce. Los dirigentes rojiblancos, que ya estaban al tanto del tijeretazo, habían presupuestado dos millones como aportación foral. El mismo día de las últimas elecciones rojiblancas, Bilbao definió a la Diputación como «el principal patrocinador del Athletic».
El Gobierno vasco fue el último socio en sumarse a la sociedad San Mamés Barria y lo hizo con profundas reticencias. En septiembre de 2009, tras una entrevista entre el lehendakari y el entonces presidente rojiblanco, Fernando García Macua, se hizo público su apoyo al proyecto. Ya entonces, en los primeros momentos de la crisis económica, el Ejecutivo autónomo había expuesto que no estaba en disposición de comprometerse en la iniciativa -tampoco lo hizo el tripartito de Juan José Ibarretxe- y que, además, no la consideraba prioritaria. Al final se vio forzado a rectificar por las presiones del PP, su socio preferente, que amenazó con impedir la aprobación de los Presupuestos de 2009 si no incluían una partida para el futuro estadio.
Una vez en San Mamés Barria, el Gobierno luchó para que tuviera además un uso público. Pese a la oposición de la Diputación y con el apoyo del alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, se reservaron 5.432 metros para un polideportivo municipal, una pista de atletismo de 60 metros, zona de saltos y oficinas para las sedes del Centro Vasco de Salud y Deporte y del Centro de Innovación Deportiva.
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