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ANA BARANDIARAN abarandiaran@elcorreo.com
Domingo, 24 de julio 2011, 20:00
A Belén Frau le llena de orgullo ser de Bilbao y también trabajar en Ikea, una empresa que en su momento le nombró directora del centro de Barakaldo «cuando estaba embarazada de ocho meses» y que ahora, con 37 años y dos hijos, le ofrece una nueva oportunidad: convertirse en el primer ejecutivo -en este caso ejecutiva- autóctono en tomar las riendas del negocio en España, lo que supone ponerse al mando de 13 establecimientos y una plantilla de 7.000 trabajadores. Desde que el gigante sueco de los muebles de bajo coste desembarcó en la Península, hace ya 15 años, siempre han sido extranjeros los que han ocupado el puesto. La tradición se romperá el 1 de septiembre, cuando la directiva vasca releve al alemán Peter Betzel.
- ¿Qué siente al ser la elegida para este importante cargo?
- Es un reto y un orgullo el que hayan pensado en mí para sustituir a Peter al frente de la organización. Creo que es un reconocimiento para el equipo de Barakaldo, que ha tenido unos resultados brillantes y un clima laboral muy bueno. También es la confirmación de que en Ikea hay posibilidades reales de promoción interna. Yo soy la prueba. Empecé de responsable de administración, luego pasé a subdirectora y me nombraron directora de la tienda embarazada de ocho meses, con una tripa enorme. Me parece algo valiente y no habitual en la mayoría de empresas.
- Desde luego, no es la tónica general en España.
- En los países nórdicos tienen otra mentalidad. Tienen la igualdad muy metida en la cultura. De las once personas que integran el equipo directivo de Barakaldo, siete son mujeres. Otro ejemplo: de las 13 tiendas que hay en España, siete las llevan mujeres. Se dan muchas facilidades para la conciliación. Mis amigos me dicen en broma que trabajo en Disneylandia y es verdad.
- Normalmente los problemas de conciliación vienen por los horarios. ¿Cuál es el suyo?
- Mi objetivo es salir a las seis para dar ejemplo. No puedes predicar la conciliación y quedarte hasta las tantas. A veces salgo un poco más tarde, pero porque a las mañanas también entro más tarde para llevar a los niños al colegio. Hay gente que entra a las 8 y se va a las 5. Otra facilidad es que damos el horario anual completo un año antes para que así el trabajador sepa cuándo libra, cuándo tiene vacaciones... Hay posibilidad de empleo parcial y una cantina para todos los empleados por 2 euros. Si empiezo a hablar de este tema no paro...
- Otra de las señas de identidad de Ikea es que obliga incluso a los directores de tienda a llevar el uniforme amarillo para dar imagen de igualdad de trato. Usted no lo lleva hoy. ¿Tampoco lo hará en su nuevo puesto?
- Hoy no lo llevo porque tengo que ir a Bilbao y, bueno, cuando vaya a las oficinas centrales tampoco, porque el uniforme es para los que trabajan de cara al público. Tiene todo el sentido porque nuestra prioridad es atender al cliente y yo, como directora de Barakaldo, en un momento de necesidad bajo a la caja o pongo perritos calientes. También es un mensaje de que todos somos iguales. Mi oficina es abierta, no tengo despacho propio ni tampoco secretaria. Viajo en turista e Ikea me ha dado un coche ecológico muy normal que a mí me encanta.
- Se declara bilbaína de nacimiento y convencimiento, pero este cargo le obliga a trasladarse a Madrid.
- Mi corazoncito se queda aquí, donde he hecho toda mi vida. Estudié Económicas y Empresariales en Sarriko y luego estuve siete años como gerente de auditoría en Deloitte, que fue una buena escuela. De ahí entré en Ikea. Soy la pequeña de cinco hermanos y estoy muy unida a mi familia. Tengo dos niños y, como todo el mundo, tiro mucho de abuelas, así que echaré mucho de menos esto.
- Supongo que su marido también se ve forzado a trasladarse.
- Trabaja en una empresa vasca que le ha facilitado el venir a Madrid. Él dice que está encantado de vivir en la sombra.
- Habla maravillas de la política de empleo de Ikea, pero ha habido manifestaciones para denunciar despidos en la tienda de Barakaldo.
- Ha habido 13 despidos en dos años y se han debido al mal desempeño. Y estamos hablando de que en la tienda trabajan casi 470 personas. Se nos ha metido en el mismo saco que otras grandes superficies con problemas.
- Ikea siempre se percibe como una amenaza por el pequeño comercio y, ahora con la crisis, será todavía más difícil competir con los precios que ofertan.
- Es verdad que estamos ganando cuota de mercado porque están entrando nuevos clientes. Puede sonar prepotente, pero creo que la relación calidad precio de Ikea es imbatible. Y eso es fruto de que tenemos metido en nuestro ADN buscar siempre precios más bajos para llegar a la mayoría de las personas. Lo conseguimos con grandes volúmenes, acuerdos a largo plazo con proveedores y esfuerzos constantes en innovación. Así es como la mesa Lack valía 30 euros cuando Ikea empezó en la Península y ahora cuesta 4,99. Nuestro secreto ante la crisis es ser más Ikea que nunca. En cuanto a lo del pequeño comercio, hay datos que demuestran que dinamizamos las ventas allí donde vamos.
- Siempre queda la sospecha de que Ikea saca provecho de fabricar en países baratos como China.
- Tenemos un código que deben cumplir todos nuestros proveedores porque no nos podemos permitir que salga a la luz algo que no tenemos controlado. Auditores internos y externos lo supervisan. Trabajamos muy cerca de los proveedores y pagamos en 30 días, cuando lo normal son 90.
- Pese a esas facilidades, Ikea tiene problemas para encontrar proveedores en España. ¿Por qué?
- No sé. Igual asustan los volúmenes con los que trabajamos.
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