

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
TXEMA IZAGUIRRE
Martes, 19 de julio 2011, 04:28
En Bolue han recogido 500 galápagos invasores en la última década. Ese tiempo es el que lleva en marcha el plan de extracción de especies exóticas, pionero en el país. Este rico espacio natural de Getxo también se recupera en la actualidad del severo varapalo que supusieron las inundaciones de 2008, que mataron algunas aves y los huevos que estas incubaban.
Con todo, «la biodiversidad del humedal es muy amplia en flora y fauna», según resalta Xabier Buenetxea, responsable de la gestión del medio natural de Bolue. Pero el talón de Aquiles de este reducido espacio natural, rodeado de áreas urbanizadas habitadas, radica en que la «colmatación o sedimentación es muy grande»; es decir, los lodos se acumulan en el fondo con facilidad.
En estos momentos, el mayor humedal de agua dulce cercano a la costa que existe en la territorio vizcaíno recupera su pulso natural poco a poco. La ciclogénesis de hace tres años tuvo un efecto negativo sobre las estadísticas de pájaros, como el carricero tordal, cuyos territorios de anidamiento se redujeron a más de la mitad. En total, en Bolue hay 106 especies de aves, 38 de ellas catalogadas como especies amenazadas y una decena de ellas de interés especial.
Erradicar prácticas nocivas
Pero la riqueza de este humedal también reside en el agua. Allí queda patente que aún persiste la mala costumbre de abandonar a los galápagos domésticos. Buenetxea quiere erradicar esas prácticas nocivas cuanto antes: «Basta con llamar a Base Gorria para que se hagan cargo de él», aclara.
Si bien cada vez se recoge un número inferior -la media es de 50 al año-, el daño que ejercen sobre los ejemplares autóctonos es severo. En Bolue habitan el galápago leproso y el europeo, que figuran como especies 'raras' en el catálogo vasco de especies europeas.
«La reducción de las capturas demuestra que se hacen las cosas bien. Las campañas de concienciación desarrolladas por el Ayuntamiento de Getxo han sido positivas, pero aún se siguen soltando animales», se lamenta el gestor de Bolue.
Además, estos animales exóticos son un ejemplo de adaptación. Al principio, «los huevos que ponían en las huertas y jardines cercanos no eclosionaban, pero actualmente sí han eclosionado algunos». Las labores de control efectuadas así lo han detectado, aunque «su número es escaso, controlable», aclara Buenetxea.
Las costumbres de estos animales les colocan en franca superioridad. Necesitan solearse y compiten por las zonas de puesta de huevos, y por la alimentación de larvas de anfibios y huevos de peces. El mayor tamaño de los exóticos y su voracidad adquiere protagonismo en detrimento del resto.
Tortugas chinas
Pero hasta en la suelta de animales invasores en Bolue se ha producido un vuelco en estos últimos años. Desde que se impidió la importación del galápago de Florida en 1998 se ha notado la presencia de otras especies distintas. Actualmente, se extraen galápagos de vientre amarillo y tortugas de dientes de sierra, incluso se recogió por primera vez en Euskadi una tortuga china de caparazón blando, la 'Pelodiscus Sinensis', que es «bastante voraz», según Buenetxea.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.