Un jefe con muchos pelotas

¿Cómo puede un hombre que ha aprendido a nadar hace sólo doce días batir en una carrera de 800 metros a nada menos que dos mil experimentados nadadores? La respuesta es más sencilla de lo que parece. Sólo hay que ser el alcalde de la tercera metrópolis china, Cantón, y lanzarse con flotadores al agua marrón del delta que dibuja el Río Perla, al sureste del país. De hecho, con estas credenciales sólo un hombre ha podido superarle. Y no es Michael Phelps, sino su superior, el secretario del Partido Comunista Chino, Zhang Guangning.

No es broma. Sucedió el pasado fin de semana, cuando algunos políticos chinos decidieron hacer lo de Fraga en Palomares, o mejor dicho, seguir el ejemplo de Mao Tse Tung en el río Yangtsé. Quizá porque el alcalde, Wan Qingliang, no quería quedar en ridículo, decidió dos semanas antes prepararse y superar una de sus pocas carencias: aprender a nadar. Nadie podría echarle en cara que no tiene agallas para zambullirse entre los residuos industriales que convierten al río Perla en uno de los más contaminados del país.

No importa. Los políticos decidieron participar en la competición popular que cruza el cauce de lado a lado y plantar cara a la espectacular inauguración de los Mundiales de Natación que se desarrollan estos días en Shanghai. Sin duda, Wan ha tenido éxito en ambos retos: seguro que nunca pensó en quedar segundo, aunque fuese con la inestimable ayuda de manguitos y, según algunos internautas, de hélices puestas en sus partes nobles, y menos todavía que el diario de 'Hong Kong South China Morning Post' le dedicara un reportaje. Claro que el periódico se hizo eco de la noticia con la guasa que se merecía.

Al parecer, todos los participantes se deshicieron en halagos ante la hazaña del regidor. «Eres un ejemplo para nosotros por haber obtenido estos brillantes resultados en natación en tan poco tiempo», le dijo el secretario del Partido, Zhang. «Para mí, una carrera de 800 metros no es nada, pero me quedé sin aliento tratando de alcanzarle», añadió el funcionario Gu Guangping en declaraciones a un rotativo oficial. Un alto cargo de la Policía también mostró su asombro porque, aunque en un principio iba por delante, se vio superado por Wan y Zhang.

Pero no todos comparten este entusiasmo por la recién adquirida aptitud de Wan. Yuan Weishi, profesor en una universidad de Cantón, denunció al periódico de Hong Kong que la competición fue todo un show político. «Esto demuestra que una de las manías de los funcionarios de la China ancestral no ha cambiado. Es la tradición de que los rangos más bajos no escatimen esfuerzos para que los focos se centren en sus superiores, incluso en un juego». Claro que, seguramente, para Wan no era ningún juego.